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En Quibdó se Baila en Honor a San Pacho

El Colombiano, Jaime Horacio Arango

Colombia

Septiembre 20, 2004




Desde ayer en Quibdó está prohibido, por decreto fiestero, aburrirse y no participar en las celebraciones de San Pacho, una festividad tan antigua como la misma capital chocoana.

Pacho es la forma amistosa e informal con la que los quibdoseños llaman a su patrono, San Francisco de Asís, al que le dedican dos semanas de festejo, rumba y conmemoración religiosa.

Con un desfile por cada uno de los 13 barrios que componen el municipio y la lectura del bando, a cargo de Rafael Elacio Peña, presidente de la Junta Franciscana, se abrieron oficialmente las fiestas de San Pacho que hoy tendrán uno de sus días clave, con el desfile de bandas y banderas.

A bordo de una decorada y colorida lancha, que literalmente navegó arrastrada por un campero sobre las polvorientas calles de Quibdó, las diez integrantes del llamado Club 28, todas mujeres mayores de 70 años, no pararon de bailar, tomar aguardiente y cantar, en medio del pregón de apertura de las fiestas.

"Está terminantemente prohibido adueñarse de lo ajeno y encerrarse en la casa a comerse, a solas, el sancocho y el mondongo. Es obligatorio compartirlo con la gente del barrio", proclamó desde su carroza, a nombre del presidente de la Junta Franciscana, la maestra Dolores Rengifo, más conocida como Lola.

El desfile fue encabezado por una chirimía y el señor Rafael Elacio Peña, que con el bastón de mando en la mano, condujo la caravana, en medio de la amenaza de un aguacero, hasta cada uno de los barrios, donde fueron recibidos en medio de un gran jolgorio.

"Estas fiestas están asociadas con la llegada de los franciscanos a la región, hace más de 200 ó 300 años, aunque oficialmente las de San Pacho se celebran desde 1920", anotó Rafael Peña.

Una celebración que no sólo se hace en Quibdó. Es Chocó el que canta y baila en honor del santo patrón.

Sol María Mosquera y Laura Londoño Serna, integrantes del Club 28, y que dicen tener más de 80 años, aunque no recuerdan cuántos exactamente, fueron dos de las más entusiastas participante del desfile de ayer, en el que Sol María no se cansó de regañar a su vecina Laura por alebrestada. ¡Como si ella no lo estuviera también!

Polémica
En medio de las fiestas, en ciertos círculos sociales de Quibdó se seguía discutiendo la conveniencia de que las de San Pacho duren tanto tiempo: terminan el próximo 4 de octubre, y mezclen la celebración religiosa con la rumba, el trago y la algarabía que no para.

Pese a estas críticas, la posición de la mayoría de los quibdoseños es que las fiestas deben quedarse tal como están.

"Hace unos años hicimos el foro Las fiestas que queremos, en el que las conclusiones fueron que todo debía seguir tal como está", recordó el presidente de la Junta Franciscana.

En el pregón leído ayer también se decretó que quedan prohibidos los llamados de atención en las entidades oficiales por llegadas tarde, que tengan como justificación el trasnocho en las fiestas.

El animado desfile de ayer, al que se fueron sumando habitantes de cada barrio, lo acompañó la asidua lluvia matutina de Quibdo, que ya está preparada para dos semanas de constante rumba y trasnocho.

"Desde que era niña acompañaba a las viejas de la época y desde ese entonces no he parado de bailar y participar", anotó la longeva Laura Londoño, que ayer lucía sobre la carroza una colorida mini falda.

Una fiesta que tiene un hondo contenido social y cultural. Que habla de un pasado marcado por las rutas españolas y la religión, unido a tradiciones de la región, a una manera de ser y de asumir el mundo.

El pregón de ayer también prohibió, por estos días, "La música que no se entiende como el tal reggaeton", gritó Lola desde su puesto, en lo más alto de la improvisada carroza. La verdadera fiesta comienza hoy, con la celebración religiosa en la catedral ubicada a orillas del Atrato y con los desfiles de la tarde. 

Los quibdoseños ya están advertidos: el aburrimiento queda prohibido, mientras que la rumba queda decretada.



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