14
de julio 2004
Un 86 por ciento de los
mayores toman fruta fresca a diario y sólo lo hace el 59,3 por ciento de
los que tienen de 16 a 44 años, mientras que la carne a diario es
consumida por el 14,4 por ciento de las personas de edad, pero la consumen
el 22,8 por ciento de los jóvenes y adultos. Los mayores también
ingieren más verdura y hortalizas y muchos menos embutidos y fiambres.
Pero el
peligro, según indica el informe, existe en edades previas, pues la
cronicidad de enfermedades motivadas por dietas insanas se arrastra hasta
la vejez, aunque en ésta se modifiquen algunos hábitos. Aún así, más
de tres cuartas partes de la población de 65 a 79 años tienen sobrepeso.
En lo que
respecta al tabaco, entre la población mayor, los hombres fuman en mucha
mayor proporción que las mujeres y además, han dejado de hacerlo en
proporciones muy altas debido a normas y costumbres sociales -el 95 por
ciento de las mujeres de edad nunca fumaron.
Otra cuestión
diferente es el consumo de alcohol, puesto que uno de cada cuatro mayores
bebe vino diariamente, los varones en proporciones que triplican o
cuadriplican a las mujeres (40,2 por ciento frente a 18,6).
El 19 por
ciento de todos los accidentes los padecen las personas de edad destacando
los, domésticos y de tráfico, según explica el informe. Las caídas en
el hogar son las más frecuentes y se incrementan con la edad. Aunque
decrece la siniestralidad por accidente de tráfico, cambia el patrón de
conductor y pasajero a peatón como víctima de atropello, especialmente
en las zonas urbanas -el 45,2 por ciento de todos los ciudadanos
atropellados en zona urbana son mayores-.
Estado de salud
Apenas el 40 por ciento de la población mayor
manifiesta tener un estado de salud bueno o muy bueno, aunque con una
ligera tendencia creciente. Uno de cada cuatro mayores lo declara malo o
muy malo. Esto se corresponde con el dato de que casi uno de cada dos
personas mayores declaró haber padecido alguna enfermedad en el último año
que le ha limitado su actividad habitual.
Así, el tipo de dolencia predominante declarada por
los mayores es osteomuscular, especialmente por las mujeres ya que los
hombres señalan más problemas del corazón y aparato respiratorio.
Mientras, los médicos diagnosticaron a los mayores principalmente,
hipertensión arterial (37,7 por ciento), seguido del colesterol elevado y
las enfermedades del corazón.
Además, una de cada diez personas de edad tiene
diagnosticada una depresión, siendo las mujeres las más afectadas aunque
la muerte por suicidio o lesiones autoinflingidas -que se incrementa con
la edad- es mayor en varones.
En cuanto a las enfermedades más frecuentes, el 23
por ciento de las personas de a partir de 65 años atendidas en un
hospital, tenían enfermedades circulatorias -primera causa de muerte-; un
12,5, por causas digestivas; un 12,4, respiratorias y un 11, para el
tratamiento de cáncer.
El cáncer, segunda causa de muerte y quinta de
hospitalización, está más distribuido entre todos los grupos de edad
pero la tasa de mortalidad entre adultos de 45-54 años y de a partir de
85, sólo se ha multiplicado por dos, cuando la media lo hace casi por
cuatro.
Entre las personas de edad, indica el informe,
ocupan el primer lugar en orden de mortalidad los varones viudos, seguidos
de los varones solteros, las mujeres viudas y solteras, los varones
casados, separados y las mujeres casadas y separadas.
Consumo de medicamentos
En las recetas médicas las cifras crecen
significativamente a partir de los 50 años, pero sobre todo existe un
crecimiento notable entre las mujeres de edad. De este modo, la mayor
parte de la factura farmacéutica pública es consumida por los
pensionistas -77,4 por ciento de todo el gasto que supone 1,1 billones de
pesetas-.
Además, un 37,8 por ciento de las personas de a
partir de 65 años ha consultado con algún médico en las dos últimas
semanas, sin embargo, destacan las escasas visitas al dentista y al ginecólogo.
Las tasas de utilización hospitalaria también se incrementan a partir de
esta edad.