No es un secreto que cada día los pueblos más pequeños de Álava se van deshabitando a un ritmo cada vez mayor. Dos de las principales razones son el envejecimiento de la población y la emigración a los núcleos urbanos, principalmente realizada por mujeres, en busca de mejores oportunidades laborales. 

Álava no presenta el índice de envejecimiento más alto de la Península. De hecho, con un 13,9% de personas mayores de 69 años en localidades menores de 10.000 habitantes, el territorio está a mitad de la tabla, con porcentajes similares a Málaga, Almería y Girona. Las zonas rurales más envejecidas son las de Ourense, Lugo, León, Zamora y Soria, donde más de una cuarta parte de la población tiene 70 o más años, tal y como refleja el estudio de La Fundación La Caixa sobre desequilibrios territoriales.

En Álava, el envejecimiento afecta sobremanera a las cuadrillas de la Montaña y Añana, según ha constatado DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Así pues, integrada por seis municipios y 47 pequeños núcleos de población, la Montaña presenta un índice de envejecimiento bastante avanzado, según la asistente social de la comarca, que se agudiza en el caso de Arana, Maeztu y Bernedo.

"Los pueblos se están quedando vacíos y la gente que vive en ellos es anciana, con lo que sus necesidades aumentan cada día más", apunta. En este sentido, las familias optan por irse a la ciudad y, muchas de ellas, se desplazan a su viejo domicilio sólo los fines de semana, lo que obliga a atender a los mayores con recursos externos de lunes a viernes. Los más básicos son el servicio de ayuda a domicilio y el teléfono de emergencias. Ambos conectan directamente con el 112. Además, también se encuentra el centro de día de Valle de Arana, que ofrece acompañamiento y supervisión médica, higiene y comida.

El perfil de los ancianos que acuden a dichos centros es el de personas que residen solas o con el cónyuge. Además, para una atención garantizada las 24 horas del día existe una vivienda comunitaria que cuenta con catorce camas. Las plazas están completas en cualquier época del año y permiten a los mayores vivir en un ambiente familiar, con un alojamiento y pueden desplazarse de un lugar a otro. Asimismo, el perfil de las personas que allí residen son, principalmente, solteras o viudas de edad avanzada. No obstante, para poder ingresar tienen que poder valerse por sí mismas.

Finalmente, en la localidad de Bernedo, se encuentra la residencia para la tercera edad. Optan por este lugar aquellos mayores que ya son incapaces de vivir por su cuenta y necesitan de ayuda constante para realizar las tareas cotidianas. "Intentamos retenerles lo máximo posible en el entorno donde han residido siempre", indica la asistente.

HOMBRES Y MAYORES Valle de Arana es uno de los pueblos más envejecidos de Álava. Con los datos del Ayuntamiento en la mano, puede afirmarse que de 60 a 69 años hay 19 hombres y 19 mujeres. De los 70 a los 79 años hay 29 hombres y 18 mujeres. Y entre los 80 y los 89 años residen en Valle de Arana 21 hombres y 17 mujeres. Finalmente, de 90 a 99 años hay 1 hombre y 5 mujeres. 

Esta pequeña aldea responde fielmente a las conclusiones extraídas del informe de La Caixa, donde se advierte de un claro envejecimiento y masculinización de la zona rural en todo el Estado. La mayor presencia de varones, pese a que su esperanza de vida es menor, se debe a que la mayoría trabaja en el campo, por lo que mantiene su residencia.

En el Estado, la tasa de habitantes mayores de 70 años alcanza el 20% en los municipios menores de diez mil habitantes, mientras que en las ciudades es de 12,5%. Junto a este fenómeno de la despoblación, el estudio también apunta que cada vez son más los jóvenes que se trasladan a vivir al campo.

Actualmente, casi un 20% de los habitantes de los pueblos más pequeñollevan menos de cinco años en la población. Sin embargo, acostumbran a tener una formación y actividad laboral extra rural y, por lo general, de cierta cualificación, por lo que el tiempo que pasan en el campo es mínimo, con lo que tampoco atienden a los mayores.

l A mitad de camino. El índice de envejecimiento en la zona rural más alto del Estado lo tiene Ourense. Álava, por su parte, se mantiene en un puesto intermedio, con una tasa del 13,9% de personas mayores de 69 años en localidades menores de 10.000 habitantes. El territorio alavés, asimismo, posee zonas más afectadas que otras por este envejecimiento, como son los pueblos de la Montaña Alavesa y Añana. l Pueblos casi vacíos. De las zonas rurales cada vez emigran más personas a la ciudad, con la intención de encontrar mejores oportunidades de futuro. Sin embargo, estos pueblos continúan habitados por gente que es cada vez más mayor. Esto requiere de servicios específicos para atender sus necesidades más básicas, ya que algunos de ellos son capaces de valerse por sí mismos y necesitan entretenimientos.

Otros, no obstante, requieren ayuda para comer, medicarse o asearse. lProceso inverso. Aunque lo más típico es hablar de migraciones a la ciudad, también pueden encontrarse personas o familias que deciden salir de la ciudad y hacer del campo su hogar. De hecho, hoy en día, casi un 20% de los habitantes de los pueblos más pequeños llevan menos de cinco años en su nuevo domicilio. Su perfil es el de gente joven y con cierta preparación profesional, que busca la tranquilidad del campo.

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