Un informe de la Justicia reveló que, cada mes, un promedio de 30 ancianos muere en el país como consecuencia de la extrema violencia a la que son sometidos por delincuentes que intentan (o logran) robarles sus bienes.

Además, los adultos mayores padecen diariamente unos 350 asaltos, la mayoría de ellos con extrema violencia, según revelaron fuentes judiciales a “Diario Popular”.

“Básicamente, hay que trabajar entre los familiares y vecinos de los abuelos, para que estén alertas y puedan intervenir de distintas maneras, generando prevención y otorgándole al abuelo mayor seguridad”, señaló Alicia Angiono, integrante de la organización civil Madres y Familiares de Víctimas (Madavi).

Por su parte, Néstor Fortunato, especialista en seguridad personal, dijo que la tarea de los vecinos es esencial, porque complica la inteligencia previa que realiza por lo general el delincuente. “El anciano debe saber que tiene otros caminos, entre los que se cuentan estar atentos ante falsos operarios de empresas de servicios o permanecer en alertas ante ciertos trucos de los malvivientes”, indicó Fortunato. Luego, añadió: “una de las modalidades conocida con los adultos mayores es tirar agua por debajo de las puertas, para que los abuelos les abran y así ganar el interior de las viviendas”. Fortunato explicó que otro modus operandi consiste en engañar a los abuelos asegurándoles que tienen dinero para entregar a sus hijos o hablan en voz baja a propósito para que se vean obligados a salir a la puerta. “El mejor consejo es que, ante cualquier sospecha de amenaza, llamen a la Policía”, advirtió.

Fortunato recomendó prestarles especial atención a las personas desconocidas que merodean el barrio sin motivo aparente o en actitud sospechosa. En estos casos, afirmó el especialista, lo que se debe hacer es cerrar la puerta principal de casa con llave, y no abrir hasta que lleguen los agentes. Sucede que los delincuentes no acostumbran a actuar con violencia en lugares concurridos, explicó Fortunato.

En caso de sufrir un robo, los especialistas recomendaron no entrar en pánico y obedecer las órdenes de los delincuentes: “la peor elección es discutir con ellos”, explicaron. Por último, se aconseja memorizar las palabras exactas que diga el ladrón, ya que podrán ayudar a la investigación policial, recordar características distintivas del delincuente, como forma de hablar, vestimenta, cicatrices, tatuajes, entro otras, y siempre hacer la denuncia.

Las preocupantes estadísticas se aproxima a la media de los últimos años: en 2007, el Ministerio de Justicia de la Nación registró un total de 295 ancianos asesinados en el país.