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El abuelo

Por Fernando Uribe Restrepo, Periodico el Mundo

Colombia

 12 de Julio de 2006  

Es interesante observar su figura en la familia, el rol que le corresponde, examinar su importancia como miembro mayor de ella, puede sostenerse que, pese a que la forma de vivir ha cambiado, los abuelos siguen desempeñando un papel importante en el desarrollo de sus nietos. En el pasado las familias eran extendidas, los abuelos, hijos y nietos vivían juntos. En ese entonces los abuelos decidían mucho más sobre la crianza y también influían bastante en las opciones que tomaban los hijos. 

La familia ha evolucionado en su estructura, los hijos dejan la casa paterna al formar un nuevo hogar, cuando las condiciones económicas se los permite. Sin embargo aún subsiste hasta cierto punto la familia tradicional integrada por padre, madre e hijos. Como por desgracia han aumentado las separaciones y muchas personas irresponsables tienen hijos sin tener pareja estable, ha aumentado el número de familias con tan solo el padre o la madre. En tales condiciones, cuando la madre trabaja, es cuando los abuelos suelen dar más apoyo. 

Así como la estructura familiar ha evolucionado, los abuelos también lo han hecho: ya las abuelas no son las que cocinan las golosinas, más bien las compran, y los abuelos suelen utilizar a Internet para comunicarse con los demás miembros de su familia. Son más juveniles porque tienen una vida más activa y estan mejor informados de lo que ocurre en el mundo, gracias a los medios de comunicación. De ese modo están más preparados para tener una buena comunicación con los hijos y los nietos. 

La mayoría de los abuelos tienen un rol secundario en la educación de los nietos. No para hacerlo con energía, como lo hacían con sus hijos, sino principalmente por medio del cariño que están siempre dispuestos a darles. En eso del cariño las personas de edad son más inclinadas a manifestarlo, gozan lo indecible contemplando a sus nietos. Lo que se le permite o no al nieto se convierte en una materia de frecuente desacuerdo entre el abuelo y sus hijos. Los primeros suelen ser más permisivos y tolerantes. 

-En general los abuelos sienten mucha satisfacción con sus nietos. Estar con ellos no deja de ser una forma de renovación personal y familiar, les alegra la vejez. Los abuelos pueden aportar tranquilidad en los momentos de crisis familiar, y están en condiciones de desempeñar el papel de árbitros para ayudar a dirimir conflictos entre sus hijos y sus nietos. También, por lo regular, pueden apoyar económicamente a sus hijos en caso de que ellos lo necesiten. 

La relación del abuelo con sus nietos varía según la edad de estos. Los nietos, cuando pequeños, ven a su abuelo como una persona divertida y cariñosa. Los adolescentes tal vez no lo sigan viendo con la frecuencia de antes, pero puede seguir siendo un amigo y una especie de guía. Los jóvenes sienten la necesidad de separarse de sus padres y de los adultos en general y encontrar un modo propio de hacer las cosas. Con los abuelos tienen una especie de complicidad. 

Los abuelos son muy importantes en la educación y crecimiento de los niños, como antes lo dijimos, a pesar de que la mayoría de ellos ya no vive con sus hijos y sus nietos, su imagen sigue siendo importante y sus vínculos con los nietos puede ayudar a su desarrollo, no en balde han vivido ya muchos años. Se constituyen así en un valioso nexo con el pasado que les ayuda a los nietos a proyectarse hacia el futuro. 

-Había una vez un abuelo campesino que siempre había querido tener un árbol, un poeta español Alberto Gómez, le compuso un hermoso verso del cual copio una parte: “Y el abuelo un día / lloró bajo el árbol / que al fin florecía. / Lloró de alegría cuando vio sus manos / que un poco más viejas, / no estaban vacías”. 

-Es muy conocido el verso de Robledo Ortiz: “Siquiera se murieron los abuelos”, que resulta muy expresivo para referirse a la degradación de las costumbres, al abandono de buenos hábitos del pasado. El día que en Colombia no existan razones válidas para declamar ese verso, es porque el horizonte del país se ha despejado un poco.


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