Ancianos se Involucran en Distribución de Droga
Ma. de la Luz González, El Universal
México
3 de Mayo, 2006
El perfil de los adultos mayores que ingresan a prisión en el Distrito Federal está cambiando, y cada vez son más los casos de internos mayores de 60 años involucrados en ilícitos graves, como delitos contra la salud y secuestro, de acuerdo con la Dirección General de Prevención y Readaptación Social (DGPRS). Crece también su participación en secuestro y homicidio. Se ven orillados por factores de pobreza, dice especialista
Luis Miguel Licona, jefe de la Unidad Departamental de Supervisión a Tratamientos de la dependencia, precisa que en las cárceles de la capital permanecen recluidos 351 adultos mayores, y que 51% de ellos están acusados de delitos contra la salud, un cargo que difícilmente enfrentaba este sector de la población hasta hace poco tiempo.
"Están llegando por delitos más serios, como privación ilegal de la libertad y contra la salud, cuando antes ingresaban por fraude y delitos patrimoniales", explica en entrevista.
El funcionario considera que este cambio de tendencia es resultado de las difíciles condiciones de vida que enfrenta la población de adultos mayores en el país, entre ellas la imposibilidad de encontrar empleo después de los 60 años, lo que impulsa a muchos de ellos a involucrarse en la comisión de delitos.
Con él coincide Elena Azaola, investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), quien explica el incremento de casos de adultos mayores que cometen delitos graves a la luz de la descomposición social, probablemente a consecuencia de factores económicos, pues las familias tienen menos capacidad de contener a los miembros débiles.
Hace tres años, dice, en el DF y el Edomex eran 1.4% de la población carcelaria; hoy es el 2.6%.
De la población de adultos mayores en los reclusorios de la capital, 324 son hombres y 27 mujeres; este sector representa apenas 1.08% del total de internos y la mayor parte (114) está en el Reclusorio Preventivo Oriente, mientras el Reclusorio Norte es el que tiene el menor número de reos pertenecientes a este estrato de la población, con 3.
Luis Miguel Licona precisa que la mayoría -219 internos, que representan 62.39%- son primodelincuentes y sólo 37.6% reincidentes.
La mayor parte del grupo (53%) la constituyen 189 internos que tienen entre 60 y 65 años, seguidos por la población de 66 a 70, que son 62 (17.66%) y los 32 restantes (9.12%) tienen de 71 a 75 años.
Del total, 77 (21.94%) están todavía sujetos a proceso, 103 (29.34%) ya han sido sentenciados y 99 (28.21%) tienen sentencia ejecutoriada. Los lugares de donde proceden son principalmente el Distrito Federal, de donde son originarios 144 de los internos; estado de México (19) y Guanajuato (14).
La mayoría de ellos, 173, que representan 49.29% del total, no desarrollan actividad alguna en el centro penitenciario en el que están recluidos; 61 (17.38%) elabora artesanías y 60 (17%) participa en alguna actividad de mantenimiento en el área de servicios generales.
Licona explica que en cada reclusorio los adultos mayores están ubicados en un área especial, y que la DGPRS ha establecido convenios con el Instituto Nacional para las Personas Adultas Mayores (Inapam) a fin de darles una atención adecuada a su edad y sus necesidades.
El funcionario alerta sobre la necesidad de prever que si actualmente los adultos mayores no son un porcentaje importante de la población carcelaria, en los próximos años esta situación va a cambiar, como parte del proceso de envejecimiento poblacional que vivirá México en las próximas tres décadas.
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