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Las ancianas reciben pensiones más bajas


By Mónica Archundia, El Universal

México

16 de enero de 2006

 

La vejez en la ciudad de México tiene rostro femenino. El 63% de los adultos mayores de 70 años son mujeres y ese porcentaje aumenta conforme a la edad; sin embargo, este sector enfrenta una clara discriminación histórica porque la mayoría no tiene derecho a una pensión y cuando la recibe es mucho menor a la que se otorga a los varones. 
Así lo afirma Ricardo Gallardo, director de Promoción de la Salud y Atención al Adulto Mayor de la Secretaría de Salud capitalina, al señalar que la esperanza de vida de las capitalinas es normalmente más alta a la de los varones. 

El funcionario estima que sólo 29% de las mujeres mayores de 70 años radicadas en el Distrito Federal recibe pensión y en 70% de los casos es por viudez y por tanto resulta raquítica. "Eso significa que la pensión normal es poca y ahí está todavía más reducida." 
Además 70% de la población mayor de 80 años es femenina y son las mujeres las principales beneficiarias del programa de pensión alimenticia que lleva a cabo el actual gobierno capitalino. "Ahí que se entienda el valor, el aprecio, la justeza social de un programa y cómo beneficia de manera particular y especial a la mujer", señala el especialista. 

Alicia Estrada tiene 80 años, para subsistir depende prácticamente de los recursos de uno de sus hijos, pero la compra de medicamentos y artículos personales la realiza con la tarjeta alimentaria del gobierno capitalino, sin embargo ésta le fue cancelada desde noviembre, cuando se cambió de domicilio. Sin una pensión, sin su pareja, con una hipertrofia en el corazón y la necesidad de moverse con ayuda de un bastón, esta mujer habla de forma positiva: "La vejez es una etapa que todos tenemos que pasar pero no por eso hay que descuidarse, hay que ver al médico y poner en práctica todo lo que aconseja". 
Ella acude a rehabilitación ortopédica, visita con regularidad al cardiólogo y aunque habita una casa que no es la suya, se muestra feliz de continuar con vida en la mejor condición posible. "Siempre trabajé en lo que se pudo, le ayudé mucho a mi esposo a repartir leche; yo sacaba el cerro de cajas de madera y los litros de leche que iban en botella de vidrio, trabajar mucho de joven tiene sus consecuencias, se acaba uno más rápido", platica con lentitud en sus gestos. "Lo que me ayuda es la tarjeta del señor López Obrador, pero me suspendieron la ayuda que porque no había avisado el cambio de domicilio y sí avisé pero las señoritas escriben en cualquier papelito que luego va a la basura; sin embargo asegura que buscará el reingreso de la tarjeta". 

 


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