Impulsan convención de los derechos de la tercera edad
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12 de octubre de 2009
América Latina
En un encuentro con más de 240 personas provenientes de nueve países de Latinoamérica y el Caribe, representantes de la sociedad civil discutieron el 1 y 2 de octubre pasado en la sede de las Naciones Unidas en Santiago de Chile los desafíos y estrategias para lograr una Convención Internacional en Defensa de los Derechos Humanos de las Personas
Mayores.
La población de personas mayores de 60 años en esta región aumenta de manera acelerada. Según proyecciones del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade) para el año 2025, el porcentaje de personas adultas mayores alcanzará, en promedio, el 15 por ciento mientras que para el 2050 aumentará al 24,3 por
ciento.
Los participantes del encuentro, adultos mayores, líderes de asociaciones, dirigentes de redes nacionales, representantes de ONGs, iglesias, organismos privados, universidades y organizaciones de la sociedad civil de América Latina y El Caribe, aprobaron un documento en donde instaron a los gobiernos al «cumplimiento pleno de su rol constitucional de garantizar el reconocimiento y la defensa de los derechos fundamentales».
Para llegar a este reclamo los participantes analizaron el contexto de los ancianos en la región y consideraron que el aumento de la longevidad de las personas adultas mayores en condiciones de pobreza, pone en evidencia el incremento de problemas asociados a factores económicos, sociales, políticos y culturales, manifestándose en situación de postración, demencias y otras alteraciones físicas y
mentales.
El objetivo de este encuentro que duró dos días y se realizó en la sede de la CEPAL fue el de marcar las bases para la creación de una Convención Internacional en Defensa de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
Pero esta convención reconoce a las personas mayores de 60 años como individuos capaces de seguir generando cambios en las sociedades y no sólo como «pobres viejitos».
Del encuentro participó una gran cantidad de adultos mayores quienes en sus exposiciones reclamaron ser reconocidos y valorados como protagonistas de sus ciudades.
Reconocimiento
Entre los principios que establecieron los representantes estuvo el del reconocimiento de los derechos de las personas
mayores.
En ese sentido instaron a valorar el rol insustituible que cada persona adulta mayor realiza en todo lugar y en toda ocasión de su vida en diversidad. A los derechos fundamentales de estas personas le sumaron el de reconocimiento a la dignidad, autonomía, participación, cuidados debidos y autorrealización que deben reflejarse en el trato diario de cada
ciudadano.
Como también hacer exigible el respeto de los derechos ciudadanos y el reconocimiento de la necesidad de contar con recursos financieros de los Estados que permitan animar los procesos impulsados desde la sociedad civil para su fortalecimiento, monitoreo, incidencia y desarrollo de capacidades de todos los actores para ejercer el rol que nos corresponde en la construcción de una sociedad para todas las edades.
Dentro de las demás exigencias que los representantes de la sociedad civil le requieren a los gobiernos está la de incluir la gerontología, la variable de género y el enfoque de derechos -en la cual se asume la condición de las personas adultas mayores como sujetos de derecho-, en la currícula de la educación formal en todos los niveles de enseñanza.
“Las personas deben apropiarse de este tipo de iniciativas”
«Este trabajo se viene haciendo hace más de diez años para que se reconozcan los derechos de los adultos mayores y el camino que se está trazando hacia una convención me parece que es muy importante.
Esta reunión como la próxima con los gobiernos va a afianzar aún más este camino. Ahora hay un reto grande para la continuidad, cada uno de los países debemos darle seguimiento a nuestras resoluciones, acercárselas a las autoridades y darle difusión, porque en esta época donde todo se vive a través de los medios es muy importante poder difundir los principios y estrategias de este encuentro y, además, los acuerdos que podamos llegar con los gobiernos en una próxima reunión.
También darlo a conocer dentro de la población adulta mayor, crear foros y encuentros, para que las personas se apropien de estas iniciativas y para que puedan aportar los derechos que ellos quieren que estén presentes».
Margot Tapia Luciano (Directora del Centro de Apoyo Aquelarre, Santo Domingo, República Dominicana).
“Nuestro reto es cómo queremos que
se nos trate y cómo queremos vivir”
«Lo que más se ha logrado durante las dos jornadas desarrolladas en Santiago de Chile fue incorporar la importancia que tiene conversar con las distintas formas de ser y de pensar de los países, cuando en el fondo el problema es el mismo con respecto a nosotros los adultos mayores: mejor vida, mejores servicios.
Nuestro gran reto es cómo transferimos a los jóvenes, cómo queremos que se nos trate y cómo queremos vivir.
Pero igualmente me estoy cansando de defender los derechos del adulto mayor.
Yo quiero contar los deberes que tenemos los adultos mayores. Debemos abrir puertas, no sentirnos como que todo lo merecemos porque somos viejos. No, yo tengo el deber de abrir la puerta y decir yo puedo hacer. Puedo integrarme, puedo elaborar propuestas, sé que me queda poco tiempo, pero eso no importa, mi tiempo es este, no sé lo que va a pasar mañana.
He aprendido muchísimo pero me queda mucho para dar».
Ofelia Falcone Bartaburu (representante del Consejo Uruguayo de Bienestar Social, Uruguay).
“Respeto por la vida”
«Me parece de vital importancia lo que se resolvió en la CEPAL. De momento hay una decisión de la sociedad civil de ubicar estrategias para instar a los gobiernos de turno que efectivamente vea la posibilidad de cumplir y hacer cumplir la propuesta a favor de esos adultos mayores. Me parece que todos y cada uno de nosotros tenemos la obligación de arrimar el hombro para llevar adelante esta iniciativa puesto que de uno u otro modo estamos comprometidos con la propia vida, y esto nos da la oportunidad de pensar en nuestro propio envejecimiento.
Me parece también importante saber que en algunos países existen políticas de tomar con más seriedad el envejecimiento. Y creemos que es de vital importancia que las jóvenes generaciones se enteren que la pirámide poblacional se está invirtiendo y que es obligación de todos trabajar por prevenir nuestro propio envejecimiento, por ubicar estrategias que nos permitan estar de pie y con dignidad cuando lleguemos a viejos.
Creo que en una parte del camino nos olvidamos de algo básico y esencial que es el derecho al amor, porque a partir del derecho al amor puedes encontrar que se te respeta la vida, y a partir de respetar la vida tienes derecho a pensar que hay derechos de alimentarte, vestirte, educarte, trabajar y vivir. Sin embargo, ninguno de estos derechos podría cumplirse si es que no se encuentran acciones de solidaridad a favor de los que menos tienen. Entonces la obligación de los que llegaron a viejos es ubicar estrategias para romper las brechas generacionales».
Sonia Andrade Tafur (activista de Derechos Humanos y Premio Manuela Cañizares 2006, Ecuador).
Un privilegio
Por JORGE MUÑOZ VILLAGRÁN
Los asistentes a este evento hemos sido protagonistas activos de la gestación de la Convención Internacional de Derechos de las Personas Adultas Mayores. Porque nuestra participación, por primera vez en Brasilia y en esta oportunidad en Santiago, posibilitó la incorporación de la situación de las personas que envejecen en situación de migración.
Fue un privilegio haber asistido a la Reunión Regional de Organismos de la Sociedad Civil de América Latina y el Caribe sobre envejecimiento «Sociedad Civil + 10: Aportes y Desafíos por los derechos de las Personas Mayores», en la sede de la CEPAL en Santiago de Chile, porque somos parte de las gestiones que derivarán en los próximos años en la designación, por parte de la Asamblea General de la ONU, de un relator especial para los Derechos Humanos de las Personas Adultos
Mayores.
Junto a delegaciones de treinta países de América Latina y el Caribe hemos monitoreado la «estrategia regional» de los gobiernos para el cumplimiento del Plan Mundial de Envejecimiento con Dignidad, acordado por todos los Estados partes de las Naciones Unidas.
Un privilegio también porque nos articulamos cinco municipios del Alto Valle de Río Negro y Neuquén para viajar juntos y conformar una única delegación que respetándonos mutuamente en nuestras particularidades y diversidad política, concurrimos con claras aspiraciones y metas comunes a alcanzar.
Los cinco municipios que asistimos lo hicimos cumpliendo el mandato de catorce comunas del Alto Valle de Río Negro y Neuquén que acordamos, en abril pasado, durante la realización del Primer Foro sobre Migración y
Vejez.
Director de la Clínica Migración y Desarrollo de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo).
Participación regional
Santiago de Chile (Enviada especial) > La región del Alto Valle de Río Negro y Neuquén estuvo representada en la Reunión Regional de América Latina y el Caribe sobre Envejecimiento por funcionarios municipales, concejales, representantes de la Pastoral de Migraciones de Neuquén y de la Clínica Migración y Desarrollo de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo).
También formaron parte de la comitiva las concejales Viviana Gerban (Neuquén), Alejandra Rossi (Cinco Saltos) y Viviana Pereira (Cipolletti); la directora de Desarrollo Social de Vista Alegre, Mónica Gutiérrez; el director de la Oficina Municipal de Migración y Desarrollo de Neuquén, Jorge Muñoz Villagrán y la delegada diocesana de la Pastoral de Migraciones, Ana Pimentel.
Durante su exposición, Muñoz Villagrán, en su carácter de director de la Clínica Migración y Desarrollo de la UNCo, dio a conocer la situación de desamparo que atraviesan unos 6.000 adultos mayores chilenos que quedaron sin cobertura médica ni jubilatoria tanto del Estado chileno como del argentino.
Escenario
Éxitos y desafíos
Por ALEJANDRO REYES CORDOVA
El encuentro realizado en Santiago de Chile el 1 y 2 de octubre pasado ha sido un éxito por algunos indicadores y un desafío por varios otros. Logramos generar una red de comunicación por lo menos desde unos sesenta días anteriores al encuentro con la participación de la mayoría de los países participantes. Fueron nueve los países que intervinieron y de estos por lo menos la mitad envió aportes para construir un documento común que construya estrategias de intervención conjunta.
Fue un éxito también la convocatoria. El director de la CEPAL dijo que la sala Raúl Prebisch nunca estuvo llena como en esos dos días. En esa sala caben 240 personas, y por lo menos más de esa cantidad estuvieron en esos dos días discutiendo, trabajando y compartiendo experiencias para ver lo que está pasando en cada localidad, en cada país, en cada una de las instituciones y organizaciones.
Y el tercer factor de éxito fue el clima humano que vivimos, se produjo una conexión de las energías, de las voluntades políticas y de las capacidades que tenemos los ciudadanos por modificar las condiciones de pobreza y de extrema disgregación en la que de pronto nos someten los que dirigen nuestros países.
Observamos que hay una suerte de debilidad en el proceso de valoración de la individualidad de lo que somos cada persona y, en particular, en los grupos de adultos mayores.
Es un desafío porque nosotros planteamos ahora un texto que está dirigido principalmente a la sociedad civil, a los ciudadanos. Expresamos que estamos identificando el camino que queremos hacer, y eso nos da una exigencia de contactarnos e involucrarnos más, estableciendo agendas comunes de acción.
Cabe señalar que la Convención Internacional de los Derechos del Niño fue posible porque las organizaciones no gubernamentales se juntaron para concretarla. Hicieron el texto y crearon el camino para su aprobación.
Ese es el mismo camino que nos toca recorrer a nosotros.
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