Un gesto de amor hacia el anciano

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23 de noviembre de 2009

Venezuela

Cada mañana me levantaba tempranito para prepararles la comida, los alistaba y directo para el colegio. Pasamos muchas necesidades pero, siempre luché por darles lo mejor a mis hijos y que no les faltara lo más importante, el amor que sólo la familia sabe brindar. 

Pero crecieron, y los años no pasan en vano. Poco a poco empecé a envejecer, tuve que dejar de dedicarme a lo único que sé hacer, limpiar, ya que el dolor que sentía en mis manos pronto se extendió a mis rodillas y a mis pies; y entonces, ya no podía hacer nada sola.

Estaba confinada a mi casa. Necesitaba ayuda para caminar, comer, asearme, vestirme, peinarme, no podía salir a la calle sin que alguien me acompañara, en fin, para hacer todo. Fue entonces cuando pasé a ser un estorbo y cuando me di cuenta, ya todos me habían abandonado.

Estos son los pocos recuerdos que permanecen en la memoria de Josefina, como prefirió llamarse, quien al igual que muchas otras personas de la tercera edad despiadadamente fueron confinados a vivir “a la buena de Dios”.
Las razones de acuerdo con quienes se dedican a cuidar a estas abuelitos y abuelitas que como Josefina, se encontraban en situación de calle, son muchas. 

Una de ellas de acuerdo con Cristian Ojeda director de la Fundación Bethania, se debe a la desintegración familiar ya que ahora no existe un lazo más fuerte que el consanguíneo y en otros casos que los intereses económicos relegan los familiares.

Esta fundación que se dedica al cuidado y protección de los adultos mayores en situación de riesgo o abandono, abrió sus puertas en el sector El Rosario, Vía Upata, desde 1989 y hasta ahora se mantiene en la lucha constante por brindar un “gesto de amor hacia el anciano”.

-¿En qué momento de su vida tomó la decisión de crear esta fundación?
“No fue un momento particular. En realidad la idea nació de la preocupación que compartía con un grupo de amigos y la impotencia que sentíamos, al ver que las instituciones gubernamentales no hacían nada para disminuir este problema, que cada día se acrecienta más”

-¿Cuánto tiempo tiene trabajando con estos abuelitos?

“Mi experiencia con ellos es desde hace más de 20 años, pero antes con estos amigos que te dije, mi esposa y yo, hacíamos verbenas, rifas, entre otras actividades, para recaudar fondos, ropa y alimentos de los cuales llevábamos a los abuelitos que encontrábamos en la calle; y en ocasiones también visitábamos los hospitales”

-Usted ha dedicado gran parte de su vida a cuidar a personas que no son de su familia. ¿Cuál ha sido su mayor satisfacción en todo este tiempo?

“He tenido muchas, pero la que más me llena es cuando logramos que un nuevo integrante se acople a nuestra familia, y cuando vemos cómo poco a poco va recuperando su fe perdida y renace en él la esperanza de tener una mejor calidad de vida al lado de quienes sin ser nada suyo le quieren”.

Pocos y sin recursos

Siguiendo las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas, para el 2009 habría más de dos millones quinientos mil personas mayores de 60 años en todo el país. 

De este sector de la población, es cada vez más recurrente ver en los rincones, aceras y semáforos a hombres y mujeres en situación de calle, lo que indica que existe un grave problema social que requiere de la atención de todos los entes que hacen vida en la ciudad.

No obstante, los ancianatos y casas de cuidado para las personas de la tercera edad en Ciudad Guayana son escasos. Además, deben subsistir con recursos que generan a través de actividades que ellos mismos organizan, de la ayuda de personas o empresas particulares; y en menor medida de aportes de los entes públicos.

Tal es el caso de los Club Leche y Miel, en donde se les brinda un plato de comida a los abuelitos y para cubrir sus gastos, realizan con frecuencia venta de ropa que les regalan y de dulces que ellos mismos ayudan a preparar. 
“Aquí buscamos que los abuelitos se sientan en compañía de gente que les estima y que además se sientan útiles”, comenta un madre de familia que presta apoyo voluntario en la institución.

A la par de este club donde los abuelitos sólo pasan el día pero en la noche deben volver a sus hogares, ya que no cuentan con el espacio ni recursos para que pernocten allí, existen otras organizaciones como la Casa Hogar Madre Teresa de Calcuta localizada en San Félix y que atiende y cuida a adultos mayores enfermos de sida.

Pero al igual que Leche y Miel, la Fundación Bethania sobrevive gracias a las donaciones de personas y empresas que de todo corazón y movidos por la labor de este grupo de religiosas colaboran para que este admirable proyecto pueda continuar.

“Las personas creen que porque llegaron a la vejez, son como objetos que ya no tienen nada que dar y y los desechan pero no se dan cuenta del daño que les hacen y que todos vamos a llegar a esa etapa de nuestras vidas”, comentó Margarita Gómez feligresa de la Iglesia Nuestra Señora del Valle quien acostumbra a ser voluntaria en la recolección de ropa e insumos para la Casa Hogar.

Leyes en proceso

Si bien a nivel nacional existe el Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inass)- conocido hasta el 2005 como el Instituto Nacional de Geriatría y Gerontología (Inager) –en el estado no se han hecho presente los proyectos del mismo.

“En el municipio Caroní no existe ningún tipo de representación de ellos, una sola vez nos visitaron, revisaron y aprobaron las instalaciones pero nunca más volvieron”, afirma Ojeda.

El Inass es un ente adscrito al Ministerio de Participación Popular y Desarrollo Social (Minpades), cuya función de acuerdo con la Ley de Servicios Sociales es proteger a los adultos mayores de 60 años, excluidos de los programas de asistencia social, personas con discapacidad, indígenas, niños, niñas y adolescentes en situación de calle o necesidad, amas de casa y personas en estado de necesidad, situación de desprotección económica, personal, familiar o social.

Para ello dentro de sus competencias se encuentran la potestad para crear y ejecutar medidas, políticas, planes y estrategias que estén destinadas a la atención y protección de los ciudadanos antes referidos.

Mas, desafortunadamente pareciera que todo eso quedó en el papel al igual que la promulgada Ley Orgánica para la Protección de los Adultos Mayores o Personas de la tercera edad.

Quienes prestan apoyo voluntario en las casas de cuidado concuerdan que no cuentan con el apoyo de este ente, y que además de luchar por sí solas no existe un cuerpo que vele por el cumplimiento de la norma legislativa.

Es así que desde la Fundación Bethania se está trabajando por la creación del Consejo Estadal de Protección a los Adultos y Adultas Mayores, el cual se encuentra estipulado en el artículo 12 de la Ley Especial para la Protección del Adulto Mayor en el estado Bolívar.

Dicha Ley, aunque fue aprobada por el Consejo Legislativo del estado Bolívar, el 14 de junio del 2004, no ha sido publicada en Gaceta Oficial puesto que aún no se ha realizado los debates y estructuras que debe tener para poder aplicarla.

Al respecto José Lan, representante del despacho de la Alcaldía Socialista Bolivariana de Caroní, explicó que “es un deber de nosotros proteger al débil jurídico y para ello tenemos la buena disposición, pero es necesario crear las condiciones y contar con los recursos para que al publicar la ley se le de inmediatamente ejecución y no pase a ser un papel más”.

Los aspectos que resaltan del cuerpo legislativo son: la creación de una red de farmacias populares, centros de recreación y que el gobierno regional vele por el acondicionamiento y creación de nuevos hogares y comedores con condiciones físicas y dotación adecuada al adulto mayor.

Proyectos “congelados”

Pero, mientras todos los procesos legislativos necesarios para la aplicación de la ley se ejecutan, los proyectos de la Fundación Bethania también ya que no cuentan con el apoyo de recursos financieros para convertirlos en realidad.
Uno de estos planes “congelados” es la Gerogranja, el cual comenzó con Bs.F 18 mil donados por la anterior administración de la Alcaldía de Caroní y que sirvió para comprar los primeros utensilios y acondicionar el espacio.

Sin embargo, no pudo dársele continuidad ya que aunque el presupuesto estaba aprobado no se entregaron los recursos completos y por ahora los productos que obtienen de los cultivos y de las gallinas y patos es únicamente de uso interno.

Por otra parte, se gestionó el proyecto Casa de Abrigo y Mega Comedor Popular que ya contaba con un espacio -que fue donado- para ser realizado, mas tuvo que ser paralizado porque la Corporación Venezolana de Guayana tiene designado dicho terreno como R3, es decir que sólo puede ser utilizado para la construcción de viviendas.

Un proyecto que si se concretará para el mes de diciembre es Alzheimer House que se instalará en la zona de Alta Vista y recibirá entre 6 y 8 pacientes que recibirán todos los cuidados que requieren las personas de edad avanzada que padecen de esta enfermedad.

“Decidimos crear este centro en mi antigua casa porque ya nosotros nos instalamos acá; y con lo que aporten las personas que instalen a sus familiares allí tendremos otra entrada extra para la fundación”, puntualizó el director de Bethania.

Una mano amiga para Bethania

La llegada de la época decembrina es sinónimo de compartir con la familia y con los seres queridos. Pero recordemos, que estos abuelitos han sido relegados por sus familiares y durante estos días del año es cuando más sienten el abandono.

Por ello, para quienes quieran visitarlos y poner su granito de arena en esta loable labor pueden comunicarse con el director de este centro, Cristian Ojeda, por el teléfono 0286-717.04.16, visitar el sitio web www.youtubefundacionbethania.com o mejor aún acercarse a este hogar ubicado en la vía Upata, Sector El Rosario, detrás del motel Paradise. 

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