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Los veranos calurosos aumentarán el riesgo de muerte
en ancianos
Publicado por Europa Press, ABC.es
9 de Abril del 2012

Imagen: ABC.es
Un estudio de
la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard sugiere
que los cambios, aparentemente pequeños, en las temperaturas
durante el verano -de tan sólo
1°C- pueden acortar la esperanza de vida de las personas de
edad avanzada con condiciones médicas crónicas,
resultando en miles de muertes adicionales cada año.
Mientras que los estudios anteriores se han centrado en los efectos a
corto plazo de las olas de calor, este es el primer estudio que examina
los efectos a largo plazo del cambio climático en la esperanza
de vida. El estudio ha sido publicado en The Proceedings of the National Academy of
Sciences.
«Hemos observado que, independientemente de las olas de calor, la
variabilidad de las temperaturas durante los días de verano
acortan la esperanza de vida», afirma Antonella Zanobetti, autora
principal del estudio.
Cambio climático
En los últimos años, los científicos han predicho
que el cambio climático, no sólo aumentará las
temperaturas globales del mundo, sino que también
aumentará la variabilidad de las temperaturas durante el verano,
especialmente en las regiones de latitudes medias, como los estados del
Atlántico medio de los EE.UU., y países como Francia, España, e Italia.
Estos cambios de temperatura podrían plantear un problema
importante de salud pública, según señalan los
autores. Las olas de calor pueden causar fallecimientos a corto plazo,
pero las variaciones menores de temperatura, causadas por el cambio
climático, también pueden aumentar las tasas de mortalidad entre las personas de
edad avanzada con diabetes, insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar
crónica, o entre aquellos que han sobrevivido a un ataque al
corazón.
Los investigadores utilizaron datos de Medicare, desde 1985 hasta 2006,
para seguir la salud, a largo plazo, de 3,7 millones de personas con
enfermedades crónicas, mayores de 65 años, de 135
ciudades en EE.UU. Posteriormente, evaluaron si la mortalidad entre
estas personas estaba relacionada con la variabilidad en las
temperaturas del verano, teniendo en cuenta otros factores que pudieran
influir en la comparación -como los factores de riesgo
individuales, la variación de temperatura en invierno, y los
niveles de ozono. Finalmente, se recopilaron y combinaron los
resultados de cada ciudad.
Los hallazgos resultantes mostraron que, en cada ciudad, los
años en que los cambios de temperatura durante el verano eran
mayores, las tasas de mortalidad aumentaron, en comparación a
los años con pequeñas oscilaciones. Cada incremento de
1°C en verano, elevaba la tasa de mortalidad en ancianos con
enfermedades crónicas, entre un 2,8% y un 4,0%.
El riesgo de mortalidad aumentó un 4,0% en las personas con
diabetes, un 3,8% en los que habían tenido un ataque
cardíaco previo, un 3,7% en aquellos con enfermedad pulmonar
crónica, y un 2,8% en las personas con insuficiencia
cardíaca.
«La gente se adapta a la temperatura normal en su ciudad. Es por
eso que no esperamos mayores tasas de mortalidad en Miami, que en
Minneapolis, a pesar de las altas temperaturas», explica Joel
Schwartz, coautor principal del artículo; «sin embargo, la
gente no se adapta tan bien a fluctuaciones fuera de lo habitual. Esta
conclusión, junto con el aumento de la edad de la
población, la creciente prevalencia de enfermedades
crónicas, y los posibles aumentos en las fluctuaciones de
temperatura debido al cambio climático, significa que este problema de salud pública
aumentará en el futuro».
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