|
Falta en el mundo política de salud para atender la menopausia
Kyra Nuñez, La Jornada
Suiza
7 de marzo, 2006
Se le trata como algo invisible aunque nos ocurre a todas, coinciden 63 mujeres entrevistadas.La terapia de remplazo hormonal, riesgosa.Acupuntura y homeopatía, algunas opciones "Dejamos de dormir, nos volvemos irritables, nerviosas, hipertensas; subimos de peso aunque comemos lo mismo; nos angustiamos y deprimimos; la vida sexual no es lo mismo, la pared vaginal se reseca y la penetración es dolorosa; en secreto vivimos la incontinencia urinaria; faltamos al trabajo, nuestra mente se dispersa; caemos sin razón aparente y sufrimos fracturas y lesiones; los huesos se vuelven frágiles, la piel pierde elasticidad, se afloja; aparecen y se acentúan las arrugas; los bochornos nos ofuscan y desvelan... lo peor es que, cuando les contamos, nuestros médicos nos miran compasivos y, con una palmadita en el hombro, paternalmente dicen que son reacciones naturales ¡por el fin de nuestra fertilidad! Por si fuera poco, los remedios que nos prescriben para contrarrestar los mil y un síntomas de la menopausia, como las terapias de remplazo hormonal, son cancerígenos, sobre todo para mama y el endometrio."
La menopausia es un tema pendiente en la atención a la salud de la mujer. "Urge una política de salud que aborde la compleja sintomatología de la menopausia en su conjunto", que falta en todos los países. En cuanto al tratamiento de esta fase en la vida femenina, mujeres de países del norte y del sur sufren por esta desigualdad y desprotección.
Se le trata como algo invisible "aunque nos ocurre a todas, sin importar la nacionalidad, posición social, educación, si hemos o no procreado". Tal es el testimonio de 63 mujeres recabado para esta nota y resumido en la introducción. Toda niña que llega a a los 50 años enfrentará la menopausia y su calidad de vida se alterará, dramáticamente para algunas, desde el climaterio que le precede, y puede durar de seis meses a 10 años.
El paliativo para los síntomas insoportables es la terapia de remplazo hormonal (TRH) con sustitutos sintéticos de estrógeno-progesterona, clasificado en junio de 2005 como "terapia cancerígena al humano" por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, cuyos expertos tampoco encontraron en el uso de hormonas combinadas evidencia suficiente que les permitiera inferir que pudiera tener un efecto protectivo. Ya desde 1999 se temía el riesgo del cáncer y sin embargo, aunque en dosis menores y por menos duración, se continuó prescribiendo.
La clasificación de terapia cancerígena es inquietante, porque en estos momentos, más de 10 millones de mujeres en el mundo la están utilizando; durante el boom en 2000 había más de 20 millones de usuarias. La popularidad de la TRH decayó en más de 50 por ciento a partir de 2002, cuando los ensayos clínicos fueron detenidos al detectarse un aumento en el riesgo de cáncer de mama, enfermedades coronarias y paros cardiacos.
Cáncer y muerte
El cáncer de mama cobra 502 mil vidas al año, y el cérvicouterino, más de un cuarto de millón anual.
Y sin embargo, no hay país ni organización internacional que considere la menopausia como prioridad en política de salud pública. Irónicamente, no lo es "porque no se da en epidemia, no hay muertas ni provoca incapacidad física", afirmó el doctor Paul van Look, director del departamento de salud e investigación reproductiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero, del lado de las estadísticas, no existe en la hora actual estudio alguno que haga la relación amplia de esta fase femenina; de hacerse, habría innumerables sorpresas.
En realidad, los costos físicos, mentales, económicos y sociales de los efectos de la menopausia son altos; 63 mujeres, de 45 a 68 años de edad, de una veintena de nacionalidades, testimoniaron para este reportaje sobre el inicio, convulsivo, del climaterio y posterior menopausia con el objeto de "darle visibilidad", pues los síntomas pueden llevar al suicidio y provocar incapacidades como el insomnio y la incontinencia urinaria. Coincidieron en que "de ninguna manera" el fin de su fase fértil les causó depresión o fue la causa de una caída de la cual se levantaron con fracturas; salvo una, estéril, que a los 67 años lamentó no haber procreado, pero que no salvó de la menopausia.
Quieren que una mujer tome la causa
La menopausia podría ser objeto de una segunda liberación social y sexual de la mujer, pero no se atiende: "hace falta una mujer que tome nuestra causa; Madonna podría ser quien enarbole la menopausia para darle visibilidad en el mundo y podamos obtener tratos apropiados y terapias seguras para las mujeres de hoy y del futuro", propuso Carolina, periodista en la cincuentena. Un liderazgo similar al de Elizabeth Taylor en la lucha contra el sida/VIH y de Angelina Joli en la defensa de los refugiados. Es de esperarse que al dejar de ser un tema tabú habrá más interés de las autoridades de salud, de la sociedad, farmacéuticas y laboratorios, de los sindicatos y empresarios, de las estadísticas.
No hay acción porque "falta interés de gobiernos o de grupos", fue la postura de instituciones que podrían ser claves para atender la fase menopáusica de la salud sexual femenina, como la Organización Mundial de la Salud, los laboratorios farmacéuticos y centros de investigación que se alejan de los estudios y ensayos clínicos por las controversias causadas desde que las TRH, recetadas profusamente a partir de los años 80, elevaron el riesgo de cáncer y de serios efectos colaterales.
Falta también que se elabore un código de conducta para el cuerpo ginecobstétrico, con recomendaciones pertinentes para esta fase en la vida de las mujeres pues, aunque no es una enfermedad en el sentido estricto del término, no obsta para que sean tratadas como pacientes.
Y también se requiere el cambio de mentalidades. En un artículo médico, el doctor Pierre Marès, jefe de ginecología en el hospital de Nîmes (Francia), concluye que debe ponerse dentro del contexto sicológico: "Las mujeres deben guardar luto a su fecundidad", porque en ese periodo de la perimenopausia y menopausia "tienen miedo de perder su identidad femenina". A ello se suma el envejecimiento de la población y que la esperanza de vida para las mujeres es de 83 años contra 77 de los hombres.
El gran riesgo
En junio de 2005, lo que muchas mujeres temían fue confirmado: "Las terapias de remplazo hormonal, cuando son ingeridas en combinación progesterona-estrógeno, son cancerígenas al humano". La investigación realizada por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) indicaba que esas hormonas de síntesis -químicas- aún en dosis bajas y por periodos cortos, dañan más que ayudan.
"Es de enorme importancia de salud pública que identifiquemos y comprendamos los efectos de los productos -contraceptivos y terapias menopausales- por los riesgos que causan a muchos millones de mujeres en el mundo", dijo el doctor Peter Boyle, director de la agencia -organismo parte de la OMS con sede en Lyon, Francia- al dar a conocer la grave evidencia.
"La nueva evaluación concluyó en forma consistente, que, basada en estudios epidemiológicos extensivos, la terapia de remplazo hormonal es cancerígena; incrementa los riesgos de cáncer de mama y, cuando la progesterona es tomada menos de 10 días por mes, de cáncer endométrico", se lee en la Monografía del IARC (volumen 91), del 29 de julio de 2005 (será publicada en 2006).
Ya había dudas desde 2002, cuando se conoció el Estudio sobre iniciativa para la salud de la mujer, en Estados Unidos, tratado por los medios de información al grado de provocar "una reacción de histeria". "Nos entró el pánico", recordó una de las entrevistadas.
Reiteran sospechas
En 2003, la revista médica inglesa The Lancet reiteró la sospecha de que el cáncer podría ser ocasionado por terapias de remplazo hormonal, lo que provocó que "millares de mujeres decidieran por sí mismas, dejar de tomar los sustitutos hormonales sin considerar los riesgos", como insomnio o hipertensión arterial, explicó el doctor Davy M. Chikamata, de la OMS. Sin embargo no se dio seguimiento a las consecuencias de haber suspendido la terapia.
El cáncer de útero es la primera causa de mortandad por esa enfermedad en mujeres de países en desarrollo, con un cuarto de millón de decesos; 80 por ciento de las víctimas son de naciones de mediano y menor ingreso y cada año aparecen medio millón de nuevos casos. El cáncer de mama cobra 502 mil muertes anuales, en México hay 9 mil 500 nuevos casos por año y 9 muertes por día.
Cremas como Pro-Gest y píldoras como Prometrium, para aliviar de los bochornos y sofocos, han sido también identificadas como de alto riesgo de cáncer de mama y problemas de corazón, corroboró la doctora Anne Hermann ante la Sociedad Estadunidense de Farmacología y Terapias Clínicas.
Pero aunque se "pide a los fabricantes que se realicen mayores estudios sobre riesgos y beneficios, poco se hace", según Susan Cruz, protavoz de la Administración de Alimentos y Fármacos, de Estados Unidos.
Al conocerse ahora los riesgos es difícil encontrar voluntarias para probar un tratamiento y porque no es barata la investigación, pues podría costar hasta 200 millones de dólares, expuso a La Jornada el doctor Phil Rush, director global de mercadotecnia (productos maduros) de Novartis, el mayor laboratorio productor de TRH.
La OMS identifica que los tipos más frecuentes de cáncer en las mujeres son los de mama, pulmón, estómago, colon y recto, y cuello uterino. En 2005 ocurrieron 7.6 millones de muertes por cáncer, 13 por ciento de los 58 millones registradas en el mundo. La perspectiva es dramática: más de 10 millones en los próximos 15 años.
Sin embargo, la visita al ginecólogo o las mamografías no son obligatorias y menos en países del sur; por ejemplo, entre las mexicanas solamente en 3 de 10 mujeres que desarrollan cáncer cérvico-uterino se detecta a temprana edad. según sondeo en 2005. Además, si no van al ginecólogo, ¿cómo pueden informarse de los síntomas de la menopausia, de los riesgos de las terapias de remplazo?
Los gobiernos miembros de la OMS no escuchan las voces de advertencia para que los ministerios de salud den prioridad a la práctica de las mamografías a partir de los 50 años.
El cuerpo médico, sin embargo, no desconoce de los riesgos de las TRH, pero deja a las mujeres la decisión y así se lava las manos de cualquier consecuencia que pudiera afectar la vida de la paciente. En la mayoría de los casos el consejo es que el remplazo hormonal mejorará la calidad de vida.
Las terapias light pueden ser benéficas
La acupuntura y las sustancias naturales y homeopáticas han probado ser eficientes, pero los médicos no las recomiendan debido a "la tradición médica y a la importancia de los laboratorios químicos (en Suiza o Estados Unidos) que representan un mercado económico de poder", explicó una fuente de Arko_Diffusión.
La acupuntura es eficiente en numerosos casos clínicos, siendo inmensamente poderosa para los síntomas de bochornos e insomnio. Entre 80 y 85 por ciento de las mujeres que rechazan o han terminado con una TRH y optan por este remedio chino han respondido "muy bien", explicó el doctor Hongguang Dong, del hospital La Tour, en Ginebra.
La homeopatía tiene cada vez más adeptas, sobre todo para el alivio de los sofocos, gracias a la combinación de plantas en las gotas de Spagyrie Phylak o el putonghua, con base en tubérculos chinos.
Prometedoras sustancias
Las más prometedoras de las sustancias naturales son las isofluvinas de soya o fitoestrógenos y su gama de presentaciones: cápsulas, gelatina vaginal, soluciones sin jabón para la higiene íntima, cremas de cuerpo, de cara -actualmente distribuidas por Arko_Diffusión (en Europa)-, que junto con otros "estrógenos light" ha comprobado -con 10 años de estudio- que disminuyen los sofocos y tienen un alto grado de protección cardiovascular. Utilizadas en unos 50 países, se venden en la farmacia sin receta.
Junto con estos productos, en ciertos supermercados (europeos) comienzan a introducirse complementos alimenticios para las mujeres en climaterio y menopausia, como galletas y tes, elaborados con soya.
|
|