Colombia, un país camino al envejecimiento

Por Gabriel Alberto Hernández L., El Espectador

  Colombia

25 de junio de 2007

Así lo determinan las teorías y la investigación del científico colombiano, Emilio Yunis Turbay, quien junto a un grupo de colegas han llegado a la conclusión de que la baja tasa de natalidad en el país traerá lamentables consecuencias.

“La tasa de natalidad para que haya un equilibrio ideal en la población debería estar entre 2.1 y 2.3 por ciento, sin embargo, en Colombia la misma no llega al uno por ciento”, señaló el médico genetista.

Tal desbalance, según el doctor, se debe a que la esperanza de vida ha aumentado en los últimos tiempos, en gran parte, gracias a los avances de la ciencia. Ahora una persona puede pasar los 80 años con facilidad y en condiciones saludables mínimas necesarias. 

Al aumentar la esperanza de vida disminuye la natalidad, lo que merma la población joven que es a la final la fuerza productiva de un país cuando entra al mercado laboral.

La tasa de natalidad no ha crecido, debido a que la población con el poder para reproducirse ya no se preocupa tanto por tener hijos, porque mantener a los menores representa un alto costo, el cual en ocasiones, prefieren omitir para dedicarle mayor tiempo a sus propias vidas. 

Viajar, ir al gimnasio, gastos en estética y una mejor calidad de vida pasan a un primer plano en muchas parejas, antes que el mantenimiento de un hijo. Además, hoy en día, quienes se animan a tener un bebé, en la mayoría de las ocasiones, no pasan de dos hijos.

Anteriormente, era más común las familias numerosas que aquellas que no tenían muchos descendientes, pero, la realidad actualmente es otra, lo que ha dado paso a una mayor cantidad de abuelitos. 

Antes, en el siglo pasado (hace ocho años), el porcentaje de la población de la tercera edad (mayores a 60 años) no superaba el siete por ciento. Actualmente, el mismo se encuentra en 10 por ciento y según los estudios, en tan sólo 20 años aumentará hasta ubicarse en 20 por ciento. 

El presidente de la junta directiva de la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría, doctor Carlos Alberto Cano, coincide con que en el país, en un futuro, los jóvenes serán una parte mínima de la población, lo que traería enormes consecuencias negativas para el desarrollo de la nación.

Según Cano, además de la disminución en la tasa de mortalidad y de natalidad existe un tercer factor por el cual Colombia va en camino a quedarse sin jóvenes: la migración. Se estima que en los próximos diez años, al menos el 10 por ciento de la población juvenil habrá viajado a otros países con intenciones de quedarse y desarrollarse como profesional en el extranjero.

“Las consecuencias económicas para el país no se harían esperar. La población joven tendría que trabajar en gran parte, para poder mantener las pensiones de la población adulta”, aseguró Cano.

Además de lo anterior, Cano considera que el crecimiento en la población de personas de la tercera edad, también ayudará al desarrollo de más enfermedades conocidas como ‘epidemias del siglo XXI’, como por ejemplo el mal del Parkinson.

Así como van las cosas, Colombia no está muy lejos de países como Canadá en donde la gente joven es apetecida por el Gobierno. Se sabe que en dicho país, a las parejas jóvenes les dan facilidades para que vayan allí a trabajar y a establecer una familia.

Por tal motivo, los doctores antes mencionados, coinciden que es necesaria una política que ayude a fortalecer la calidad de vida de los colombianos para impulsar el crecimiento en la tasa de natalidad, además de una cobertura ideal en la seguridad social.

El científico Emilio Yunis Turbay, considera que es necesario poner más atención a los estudios de las células madres que pretenden alargar la vida productiva de las personas, pues hoy en día, dice el doctor, alguien que pase la barrera de los 40 años es considerada ‘vieja’ para la productividad en una empresa y es desplazada por un joven recién egresado de la universidad. 

Pero ante la falta eminente de jóvenes será necesario alargar la vida productiva y la vitalidad en la población adulta.

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