Home |  Elder Rights |  Health |  Pension Watch |  Rural Aging |  Armed Conflict |  Aging Watch at the UN  

  SEARCH SUBSCRIBE  
 

Mission  |  Contact Us  |  Internships  |    

        

 

 

 

 

 

 

 

 

 


"Tantos médicos y nadie le hizo caso"

 

Por Elena G. Sevillano, El país

 

El 5 de junio de 2008

 

España

 

60.000 euros por el retraso en diagnosticar a un anciano que murió de sífilis

Pasaron casi dos meses. El neurólogo del hospital Ramón y Cajal que trató a L. M. C. ordenó una prueba preferente el 4 de marzo de 2004. Una punción lumbar que tenía que descartar o confirmar si padecía una sífilis que afectaba al sistema nervioso. De padecerla, se la hubieran tratado, y atajado, administrándole penicilina. El hombre, que tenía 82 años, esperó en su casa a que le avisaran. El 27 de abril de ese año su estado empeoró y la familia volvió a llevarlo a urgencias al hospital. Al día siguiente, murió. Nunca llegaron a hacerle la prueba.

Por eso el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha condenado sífilis, que el retraso en la punción lumbar fue excesivo y que prácticamente ningún paciente fallece en la actualidad con penicilina salvo en el Tercer Mundo".

"Estaba perfectamente y, de un día para otro, dejó de hablar. Luego empezó a preguntar por un perro que nunca hemos tenido", contó ayer la viuda a EL PAÍS. Primero le diagnosticaron amnesia transitoria. Luego, cuando se agravaron las alucinaciones, demencia senil. Después, un análisis detectó la sífilis. "Todo apuntaba a que tenía neurosífilis. Ingresó muchas veces y le podían al Servicio Madrileño de Salud a pagar 60.000 euros de indemnización a la familia. "Toda la historia clínica -asegura la sentencia- revela que el paciente tuvo una haber hecho la punción en cualquier servicio de urgencias en cinco minutos", afirma el abogado Carlos Sardinero, del Defensor del Paciente. "Si hubiera sido un médico... Pero le vieron muchos. Y no le hicieron caso, no sé si porque era un hombre mayor", se lamenta la viuda, de 78 años. Llevaban 47 casados. Él estaba jubilado; había sido albañil. "Íbamos juntos a todas partes", recuerda emocionada. En estos cuatro años ha tenido dos ictus. "He sufrido mucho por lo que hicieron con él". Su hija, que vive con ella, no se explica por qué tardaron tanto en hacerle la prueba: "El médico no puso ni urgente ni nada. Me dijeron que ya nos llamarían".


More Information on World Health Issues 


Copyright © Global Action on Aging
Terms of Use  |  Privacy Policy  |  Contact Us