El secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, explicó que la situación de los ancianos es alarmante, sobre todo porque el país a traviesa por una restricción presupuestal muy fuerte, que se observará durante el 2011, y porque se cuenta únicamente con alrededor de 350 geriatras en todo el territorio que, por supuesto, no atienden las necesidades que sufren los ancianos, como son las enfermedades crónicas y degenerativas

“Menos de la tercera parte de la población son niños menores de 15 años, es decir, 29.4%; los jóvenes de 15 a 29 años representan 27.3%; los adultos de 30 a 59, 35.1%, y los mayores de 60 años alcanzan ya 8.2% (más de 10 millones). Se estima que en 2050 esta población alcanzará 28%, representando 36 millones de 60 años en México.”

El envejecimiento en México no sólo se desarrolla en medio de situaciones de vulnerabilidad, inequidad, discriminación, enfermedad y maltratos, sino que también representa un gasto creciente para las finanzas de las instituciones, las cuales, pueden colapsar ante la imposibilidad de dar seguridad social y atención médica a tanta población.

Ante médicos y especialistas, el funcionario refirió que “todos estos fenómenos se traducen en presiones hacia las instituciones públicas de seguridad social, tanto en el ámbito de las pensiones como de la atención de la salud, y se comprometerá la viabilidad de distintas formas de apoyo familiar a la vejez, en los que han descansado, principalmente, hasta ahora el sostenimiento de la población en edades avanzadas”.

Y agregó: “La obesidad, por ejemplo, representa prácticamente 35 mil millones de pesos para el Seguro Social de gasto y cada día esto se va a incrementar, y lo mismo sucede con el número de retirados o pensionados; entonces esto crea un desbalance entre los ingresos y los egresos”.

En el Encuentro Nacional sobre la Vejez, Córdova Villalobos también habló de la forma en la que los adultos mayores forman parte de los sectores más desprotegidos y afectados.

“Según encuestas, aproximadamente 10% de los ancianos vive en soledad y cada día dispone de menos recursos propios para su supervivencia. El grado alto de deterioro funcional que caracteriza a un porcentaje de esta población los condiciona también al aislamiento, y lo anterior demuestra que los ancianos son vulnerable y significa que necesitamos desarrollar una serie de proyectos de asistencia social para atender sus problemas.”

Por lo mismo, Córdova Villalobos explicó que entre las estrategias que se estarán impulsando para evitar el colapso del sistema de salud, se encuentra la implementación de nuevas tecnologías como la telemedicina (atención a distancia), las visitas a domicilio, así como prevenir las enfermedades y la posibilidad de utilizar estancias de día donde los ancianos efectúen actividades recreativas, ejercicios físicos y mentales para retrasar el proceso de envejecimiento.

En entrevista, Córdova Villalobos aseguro que quedó pendiente el proyecto de otorgar un esquema de pensiones a los ancianos, como lo propuso el gobierno de Vicente Fox, debido a las restricciones económicas. “Yo creo que necesitamos reforzar esa parte, esas son pensiones voluntarias, pero institucionalizadas para tener un enfoque global de la protección social, no nada más en salud, sino en todos los aspectos”.

Lamentablemente, subrayó el funcionario, “No hay recursos, hay que reconocer que el problema fundamental todavía sigue siendo el ingreso, está muy debajo de las necesidades de lo que se requiere. Necesitamos una reforma fiscal para cubrir todas las necesidades en salud, ya que el presupuesto para el año próximo parece que viene muy acotado y tendremos que tratar de hacer maravillas”.

- Claves

Senectud

• Selgun el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en México de 10.63 millones de adultos mayores, 12.2% vive en condiciones de pobreza extrema.

• Del total de ancianos, 82.8% sufre algún grado de pobreza, siendo alimentación, atención médica salud y vivienda digna, las carencias más comunes.

• Se considera población económicamente activa a 3.4 millones, de los cuales sólo 1.6 millones trabaja en un empleo formal, remunerado, asalariado.

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