Cada vez más adultos mayores viven con VIH
Por Irene Rodríguez S., Nacion
3 de junio de 2011
Costa Rica
Cuando
recibió su diagnóstico de virus de inmunodeficiencia
humana (VIH), hace 16 años, Édgar Briceño no lo
vio como una sentencia de muerte, pero pocos pensaron que él
llegaría a viejo.
“No había tratamientos, vi a muchos amigos morir. Fui de los que
tuvo que dar la lucha para que todos tuviéramos acceso al
tratamiento aquí. Antes de eso, muchos morían en poco
tiempo. Ahora, los tratamientos son buenos y uno vive más y con
buena calidad de vida”, comentó.
Hoy, próximo a cumplir los 60 años, Briceño
representa a una nueva generación de adultos mayores ticos con
esta enfermedad, una población cada vez más creciente en
el mundo. Según Onusida, para el 2020, el 25% de las personas
con sida tendrán más de 60 años.
Costa Rica no es la excepción. Datos del Ministerio de Salud
señalan que hay ocho costarricenses mayores de 60 años
con esta enfermedad, algo que era casi impensable en 1981, cuando la
enfermedad se descubrió, o en 1983, en que se dieron los
primeros casos de VIH en el país.
“El perfil de la enfermedad ha cambiado. Los primeros casos en el
país fueron de hemofílicos (pacientes que requieren
transfusiones de sangre porque tienen un mal que les impide que su
sangre coagule normalmente). Luego llegó a la población
homosexual, luego a mujeres, de ahí a niños y ahora
comenzamos a tener los primeros adultos mayores”, explicó a La
Nación Ana Morice, viceministra de Salud.
Mayor acceso a mejores tratamientos e investigación constante de
esta enfermedad hicieron que, en 30 años de vida, el
síndrome de inmunodeficiencia humana adquirida (sida) pasara de
ser una sentencia casi segura de muerte a una enfermedad
crónica, pues, si el paciente se toma el medicamento al
día, se mantiene estable. Con esto, la cantidad de personas que
envejece con la enfermedad crece.
“Cuando me diagnosticaron, para muchos era muy viejo. Yo ya
tenía cuarenta y tantos años y casi todos los pacientes
que atendían tenían unos 30. Como no había
medicamentos, nos recetaban un tratamiento para evitar que nos dieran
virus o resfríos, o que, si nos daban, fueran más leves.
Cuando llegaron los primeros antirretrovirales, debíamos tomar
de 30 a 46 pastillas diarias, ahora son solo siete”, dijo
Briceño.
Nuevos pacientes. Los adultos mayores con VIH no son solo quienes
llevan años de recibir tratamiento. Hay otro grupo de personas
que se infectan en la tercera edad.
“Ahora tenemos pastillas que tratan la disfunción eréctil
y permiten a esta población tener vida sexual, y, como ya no
están en edad reproductiva, no piensan en protegerse para no
tener hijos. Así, muchos no usan el condón y eso motiva
nuevas infecciones”, dijo Gloria Elena Terwes, coordinadora de VIH en
la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
“Estas personas son difíciles de tratar, porque no tienen las
defensas de un muchacho”, añadió.
“La gente anda haciendo mucho loco. Deben tener cuidado, pues ahora se
exponen a un virus más agresivo. Nada cuesta usar un
condón”, recalcó Briceño.
Gran reto. Atender a una población con VIH cada vez más
vieja es un gran reto. “En Costa Rica apenas se ven los primeros casos,
pero es algo que aumentará. Es un reto para el país en el
tema de costos, porque los tratamientos son caros. Además,
debemos luchar para que ellos tomen sus medicamentos, debemos luchar
con un doble estigma social: son viejos y con una enfermedad
tabú”, comentó Morice.
Añadió que esta población también debe
lidiar con males como demencia o alzhéimer, lo que hace
más difícil su situación y otros males como
diabetes o hipertensión, que los obligan a tomar más
medicamentos.
Briceño, sin embargo, no teme envejecer con VIH. “Yo ya tuve
cáncer teniendo VIH y no morí. De VIH tampoco
moriré; será de cualquier otra cosa, pero no de esto. Yo
le voy a ganar al virus”, agregó.
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