Envejecer con sida, un nuevo desafío para los enfermos
UNIVISION Noticias
30 de mayo de 2011
Mundo
Envejecer con
sida es algo que las generaciones que contrajeron la enfermedad no
consideraban en los años 80 y 90. El tiempo pasó y contra
todo lo esperado entonces lograron envejecer, pero esto implica que
muchos ven multiplicarse sus problemas de salud y también los
económicos.
El sida casi mató a Lou Grosso hace 30 años. Pero a lo
que no estaba preparado este estadounidense es al último parte
de su médico: tiene problemas cardíacos.
Con 57 años, Lou también sufre dolores en las
articulaciones y pérdida de memoria. De los 14 medicamentes que
toma a diario, sólo tres son para luchar contra su
condición de seropositivo.
"Siempre les digo a mis médicos: ustedes se preocupan por el VIH
pero yo moriré de un ataque al corazón", explicó a
AFP.
"Esto me preocupa, tengo una vida agradable, no tengo ganas de morir
porque mi cuerpo piense que tengo 80 años", agregó.
Cuando la atención -y los fondos- fueron destinados en los
últimos años para luchar contra los estragos que
provocó la epidemia en África, los especialistas se
preocupan ahora por esta nueva crisis del VIH.
Con la creación hace 15 años de los antirretrovirales y
la triple terapia, una generación de personas portadoras del
virus sobrevivió y envejeció. Sus complicaciones de salud
son inéditas, así como los efectos de la enfermedad a
largo plazo y los problemas financieros que no pensaban
llegarían a afrentar.
Lou Grosso, pionero en la programación de aplicaciones
informáticas en los años 80, aún se sorprende por
haber vivido suficiente para ver nacer los sitios web. Pero lo tiene
preocupado sentirse con un espíritu menos vivaz y con
pérdidas de memoria a corto plazo.
Un estudio reciente reveló que el 52% de los estadounidenses
seropositivos sufren disturbios cognitivos, contra 10% entre los
seronegativos.
Los portadores de VIH mayores de 55 años son tres veces
más pasibles de sufrir una enfermedad crónica, como la
osteoporosis, diabetes o cáncer, que las personas seronegativas
de 70 años, según un estudio de la American Academy of
HIV Medicine.
Al comienzo de la epidemia, los pacientes del servicio del doctor Brad
Hare, que atiende a Lou Grosso, en el Hospital General de San Francisco
(California), morían muy jóvenes.
Hoy más de una cuarta parte superan los 50 años,
según el Centro de Control y de Prevención de las
enfermedades (CDC) y la edad promedio de las 3.000 personas atendidas
por el servicio del Dr. Hare es 47 años.
"Los pacientes dicen que los agota: luchamos contre el VIH durante 30
años, logramos controlarlo y aparece una nueva batería de
problemas de salud", explica el médico.
Los científicos recién empiezan a examinar el origen de
estos nuevos problemas, para determinar si están vinculados a la
enfermedad misma, a los medicamentos o si son simples señales
que aparecen con la edad.
Pero el combate de quienes envejecen con el sida va más
allá de estas complicaciones. Los médicos también
se preocupan por pacientes como Vicky Davidson quien, deprimida por un
largo invierno solitario, estuvo a punto de dejar el tratamiento contra
el sida.
Contaminada en 1986 durante una transfusión sanguínea,
fue operada dos veces de la cadera con 50 años y sufre de fatiga
crónica. Pero lo que más la entristece es su aislamiento
social.
"No quiero que la gente piense que soy una llorona, entonces hago de
cuenta que no es grave, pero en los momentos de soledad,
necesitaría tener un compañero", afirma.
El asunto financiero también es crucial para quienes no
esperaban vivir tantos años.
Homer Hobi, de 65 años, cuenta a la AFP que hace poco
encontró trabajo en una agencia inmobiliaria. En los años
90 había legado su casa, su empresa y buena parte de sus ahorros
a su ex mujer, pese a oponerse el abogado que se encargó de su
divorcio.
"Ni un solo médico de los que me atendieron en ese entonces
imaginaba que seguiría con vida 10 años más
tarde...", explicó.
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