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Después de los 60 

EL ESPECTADOR.COM

February 28, 2011

World

"La gente adulta deja de tener relaciones por cuenta de enfermedades como la osteoporosis o la artritis, que les impiden un buen movimiento en la cama".

La sexualidad no termina con la juventud. Aunque el paso de los años cause algunas molestias físicas, lo cierto es que el sexo no tiene fecha de vencimiento. Mitos del placer durante la vejez.

Marta se separó a los 64 años. Después de siete lustros de matrimonio, su esposo la dejó por otra mujer. “Yo sabía que él tenía amantes, pero siempre pensé que eran pasajeras. Hasta que un día se fue. Al principio la familia se derrumbó, pero luego los hijos entendieron y yo lo fui superando. Comencé a hacer cosas que siempre quise: salir, estudiar, hacer deporte... y tener relaciones sexuales. Con mi esposo el sexo solo fue reproductivo”.

Sus hijos no lo saben. Y sus nietos, ya mayores de edad, tampoco. Cree que la tildarían de “viejita loca” porque, al igual que muchos jóvenes, su familia no se imagina a la abuelita “haciéndolo”. Pero ella es sexualmente activa, incluso más que en su juventud. Y sus amigas, entre 60 y 80 años, también . “Como todo el mundo”, dice Marta.

Según una encuesta publicada por The New England Journal of Medicine, tres de cada cuatro adultos (73%) entre 57 y 64 años son activos sexualmente. Y aunque el porcentaje se reduce a 53% entre personas de 65 a 74 años y a 23% entre quienes tienen 75 y 85 años, lo que revela el sondeo es que el sexo no se acaba con el paso del tiempo. La mayoría de los dos mil encuestados señaló que sostenía relaciones dos veces por semana.

La disminución del deseo sexual obedece más a problemas de salud o falta de un compañero, especialmente en el caso de las mujeres y no a que los adultos mayores sean seres asexuados. “La gente adulta deja de tener relaciones por cuenta de enfermedades como la osteoporosis o la artritis, que les impiden un buen movimiento en la cama. La diabetes puede provocarles a los hombres impotencia y la droga para la tensión arterial, también. Pero estos son casos de personas con enfermedades, si están sanos, el sexo no tiene fecha de vencimiento”, explica el médico general Alfredo Pacheco.

Entre más canas...

Para la sexóloga Marina López el envejecimiento conlleva una serie de pérdidas inevitables, “pero el sexo no tiene que ser una de ellas. Dicen que la práctica hace al maestro y el tiempo, en este caso, debería jugar a favor de los años”.

La terapeuta sexual estadounidense Laura Godman incluso asegura que para muchas mujeres el sexo en la tercera edad logra ser mucho más placentero que cuando eran jóvenes. “Solo tenían sexo para tener hijos, no se sentían a gusto con su cuerpo y estaban llenas de tabúes. Ahora mayores, aceptan sus arrugas, el sobrepeso, el no tener un cuerpo 10. Lo que quieren es aprender, disfrutar lo que no pudieron en su juventud. ¡Con la edad viene la sabiduría, incluso en la cama!”.

Godman recomienda a las parejas mayores usar juguetes sexuales y ciertas posiciones. “Hacer la famosa cuchara (uno detrás del otro) es un buen método si hay problemas de movimiento. Es una posición altamente satisfactoria para ambos”.

El psicólogo Pablo Méndez dice que el problema del sexo en los ancianos puede estar en la mente, ya que el órgano sexual por excelencia es el cerebro, y en la fobia hacia la vejez que ha surgido en la sociedad. “Ellos necesitan más estímulos, como a cualquier edad. Ellas tienden a obsesionarse con los cambios que produce el tiempo. Pero ya lo dijo una paciente: ‘yo sé que mi cuerpo no se ve nada bien, el de mi pareja tampoco, pero eso seguramente se deba a que tenemos problemas de visión’”.

Con problemas o sin ellos, el sexo en la tercera edad es una realidad. “¿Por qué? Porque a pesar de mi edad, soy una mujer y estoy viva y tengo derecho a ser feliz. No disfruté mi vida siendo joven, ahora lo haré sin importar los tabúes”, dice convencida Marta.

Los mitos

Todos los ancianos son impotentes: después de los 65 años, sólo uno de cada cuatro hombres tiene problemas de erección. “El viagra soluciona la mayoría de los problemas de impotencia”, explica la psiquiatra Susana Merces.

Los viejos son malos amantes: el sexólogo estadounidense Bob Kendall dice lo contrario. Explica que a medida que los hombres se hacen maduros, pueden dominar mejor la eyaculación, por lo cual hacen sentir mayor placer a la mujer.

Después de la menopausa, adiós deseo: la capacidad sexual de la mujer no disminuye por esa condición. Es cierto que en algunos casos es necesario usar lubricantes, “pero ellas pueden tener orgasmos a los 80 años incluso mejores que los que tuvieron en la juventud. Son más arriesgadas y ya no tienen tantos tabúes”, asegura el sexólogo Bob Kendall.


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