VIH: logros, dificultades y desafíos
Por Dra. Isabel Cassetti, DocSalud
12 de junio de 2011
Mundo
A principios del mes, pero en 1981, se registraron los primeros casos
de sida en el mundo en la ciudad de Los Angeles, EEUU por lo que este
año se cumplen 30 años de la aparición de la
enfermedad.
Los diagnósticos correspondieron a pacientes jóvenes que
presentaban una neumonía inusual que les ocasionó la
muerte. El cuadro era producido por un microorganismo llamado
Pneumocistis, ahora conocido como Pneumocistis jiroveci, y se daba en
personas que tenían una alteración no explicada de la
inmunidad.
En ese primer momento, “The New York Times” publicó una nota de
tapa con el título “Una extraña enfermedad que altera la
inmunidad se podría convertir en amenaza”. En ese punto, solo
sabíamos que los pacientes que presentaban esta
alteración tenían en común que eran hombres
jóvenes que habían mantenido relaciones sexuales con
otros hombres.
Los primeros artículos publicados sobre el tema, daban cuenta de
que posiblemente se trataba de un virus que alteraba la inmunidad y que
se podía transmitir por vía sexual, por sangre
contaminada, y por transmisión vertical (de la madre al hijo).
Más adelante, estos hallazgos fueron confirmados, es decir que
se establecen esas tres vías de adquisición del VIH,
hasta que en 1983 se logra identificar el virus causante de la
enfermedad: un Retrovirus que produce una inmunodeficiencia,
ocasionando la enfermedad del Síndrome de Inmunodeficiencia
Adquirido, SIDA. Esta primera etapa finaliza cuando entre 1984 y 1985
aparece el test de Elisa, que permite identificar más
precozmente a las personas infectadas con VIH.
Primeros tratamientos
Los años siguientes se caracterizaron por la aparición de
enfermedades oportunistas y tumores, como el sarcoma de Kaposi, que
aparecían como consecuencia de la alteración de la
inmunidad. Esa fue una época de mucha incertidumbre en la que
los médicos nos enfrentábamos a una enfermedad que
llevaba a la muerte de personas jóvenes, sin poder hacer nada.
Una época difícil de olvidar.
El primer avance importante en materia de tratamiento se dio en 1987
con la aparición del AZT, una primera droga para el tratamiento
de la infección por VIH que se indicaba a pacientes que ya
estaban enfermos.
Recuerdo este momento, porque fue mi primer contacto con la enfermedad.
Habíamos viajado a Los Angeles con dos compañeros
más enviados por el Dr. Daniel Stamboulian para realizar un
entrenamiento. Fue impactante: gente joven muy enferma, familia que los
abandonaba, niños huérfanos, estigmatización,
discriminación. Regresamos convencidos de que era necesario
trabajar intensamente en el tema también en la Argentina.
Así lo hicimos.
El año 1995 marcó un hito en tratamiento con el
advenimiento del HAART (tratamiento antirretroviral de alta eficacia),
que consiste en la administración de tres drogas. Estos famosos
“cócteles” significaron un cambio en la historia, ya que se
registró una disminución de la mortalidad del 80% al 90
%. Es entonces que las personas con VIH comienzan a tener una mejor
sobrevida y calidad de vida.
Desde entonces los tratamientos han mejorado significativamente. Hoy en
día se dispone de regímenes más compactos, con
menor cantidad de comprimidos y menos tóxicos. A la vez, se
generan nuevas drogas que fueron aprobadas en los últimos cuatro
años y que ofrecen hoy una alternativa para los pacientes que no
han obtenido resultados con los tratamientos previos.
Si bien se han registrado algunos inconvenientes relacionados con los
tratamientos antirretrovirales, como ser la aparición de
toxicidades, la resistencia (el virus se puede hacer resistente a
través de los años), es necesario que los pacientes se
comprometan con el tratamiento y obtengan la “adherencia” y la
tolerancia adecuada. El éxito de esta teraoua se ve reflejado en
la mejoría de la sobrevida de nuestros pacientes e incluso hoy
hemos aprendido a manejar y a prevenir en muchas instancias las
dificultades que se presentan.
Logros y dificultades
En estos 30 años hemos conseguido varios avances, tras enfrentar
diversas dificultades. Por un lado, en poco tiempo el avance de la
ciencia fue impensado, tan rápido como único. En ninguna
otra enfermedad infecciosa los progresos se registraron en tan corto
tiempo.
Se identificó rápidamente el agente causal, se
desarrollaron técnicas de identificación de anticuerpos
como el Elisa, aparecieron técnicas de detección y
cuantificación del VIH (a través de la carga viral,
medimos la cantidad de virus que hay en la sangre). Se
implementó el recuento de CD4, a través del cual podemos
categorizar a nuestros pacientes, ya que se trata de una
expresión del sistema inmunológico. A menor nivel de CD4,
más deterioro del sistema inmunológico y en consecuencia
más probabilidad de tener complicaciones.
Por otro lado, estas técnicas han mejorado la sensibilidad y hoy
los test de Elisa de última generación permiten acortar
el período de ventana, el tiempo de infección a partir
del cual se puede detectar el virus. Actualmente, se puede detectar el
virus entre el mes y los tres meses de producida la infección,
con el test de Elisa, pero incluso mucho antes a través de la
carga viral en sangre.
También se dispone de los Test de Resistencia, un gran avance en
el manejo de los tratamientos, ya que permite ver la resistencia que es
capaz de producir el virus a las diferentes drogas, lo que nos ha
permitido diseñar más racionalmente el nuevo esquema de
tratamiento.
A la vez, las técnicas de medición de la carga viral
ahora son más sensibles que en el pasado y nos permite medir la
respuesta del tratamiento a través de la carga viral. De esta
forma, buscamos que la misma sea no detectable (lo menor que se pueda
lograr).
Todos estos avances también influyen en la disminución,
hasta casi desaparición, de varias infecciones oportunistas y
tumores. En definitiva, la calidad de vida ha mejorado sustancialmente
y hoy podemos hablar del sida como una enfermedad crónica. Esto
quiere decir que existe la posibilidad de llevar una vida con proyectos
de trabajo y de familia, e incluso tener hijos sanos, a través
del conocimiento de los riesgos y beneficios de las técnicas de
fertilización asistida. Incluso se ha logrado disminuir la
transmisión en la comunidad a través del tratamiento
antirretroviral aplicado a un mayor número de personas.
Por el otro lado, las principales dificultades que se presentan son la
adherencia a largo plazo a los tratamientos, las toxicidades de las
drogas, la resistencia del virus y la imposibilidad de controlar la
epidemia. Aunque en un grado mucho menor que en el pasado,
todavía persiste la discriminación, la
estigmatización, la ignorancia, y el miedo que paraliza.
Desafíos
El principal reto, sin lugar a dudas, es la erradicación del
virus o curación de la enfermedad. En el plano más
inmediato, es importante contrarrestar la aparición de
enfermedades no relacionadas al VIH, pero que hoy aparecen como
consecuencia de los fenómenos inflamatorios asociados al virus y
del tratamiento antirretroviral.
Otro desafío cotidiano es cómo lograr que la gente tenga
conciencia de que esta es una enfermedad 100% prevenible por vía
sexual. Todos estamos expuestos y es necesario recordar las medidas de
prevención en forma continua y consistente. Es fundamental
transmitir a todos las medidas de profilaxis, por ejemplo, hoy en
día la infección por VIH está creciendo en los
adultos mayores de 50 años y las mujeres.
Es necesario lograr que más gente se haga el análisis de
VIH y aprovechar las oportunidades para hacer el diagnóstico. En
el país, la mitad de gente que está infectada no lo sabe
y puede estar trasmitiendo el virus a otras personas.
En resumen, en estos 30 años observamos logros, dificultades y
desafíos que tenemos que enfrentar en el presente y en el
futuro. Pero lo más importante es que todos los sectores
estén unidos para trabajar en prevención. Recuerdo a
aquel profesor que decía “la intención sin acción,
es solo una ilusión”. Es hora de actuar para que el deseo
profundo de que algo de esto se pueda concretar, se vuelva una realidad.
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