Una hormona preserva la producción de
insulina y la función de las
células beta en la diabetes
Por Europa Press,
EuropaPress.es
3 julio 2012
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Reuters
Investigadores
de la Universidad de Duke, en Estados Unidos,
han encontrado funciones anti-diabéticas
en una hormona que, como la insulina, es
producida por las células de los islotes
del páncreas. La nueva hormona estimula
la secreción de insulina en ratas y en
humanos, y protege las células de los
islotes pancreáticos en la presencia de
tóxicos. El estudio ha sido publicado en
la revista 'Cell Metabolism'.
El nuevo hallazgo proporciona información
sobre la supervivencia de las células
beta, un tipo de células de los islotes
pancreáticos que producen insulina para
regular los niveles de azúcar.
Así, el descubrimiento podría
abrir vías para futuras investigaciones
hacia la prevención y el tratamiento de
la diabetes tipo 1, y la diabetes tipo 2.
Los investigadores administraron la hormona,
llamada TLQP-21, a ratas Zucker
(genéticamente obesas), que poseen una
propensión genética a desarrollar
diabetes tipo 2. En los animales tratados con
esta hormona, mejoraron los niveles de glucosa y
la muerte de células beta fue menor.
"Esta es la primera demostración de que
la hormona TLQP-21 evita el deterioro de las
células beta, y estimula la
secreción de insulina en presencia de
glucosa", señala el autor principal,
Christopher B. Newgard, director del Centro de
Metabolismo y Nutrición Sarah W. Stedman.
Aunque los investigadores han probado hasta el
momento la hormona TLQP-21 solo en modelos de
diabetes tipo 2, planean estudiar la hormona en
el tipo 1 en futuros estudios. Ambos tipos de
diabetes se caracterizan por una pérdida
de masa funcional de las células beta: el
tipo 1 es una enfermedad autoinmune
caracterizada por la pérdida selectiva y
progresiva de las células beta
funcionales que producen insulina, y es
más grave; por otro lado, el tipo 2 es
una enfermedad caracterizada por la
disfunción de las células beta,
así como la resistencia periférica
a la insulina. La mayoría de las personas
con diabetes tipo 2, eventualmente, llegan a ser
insulinodependientes.
"Estos resultados proporcionan una visión
novedosa sobre cómo puede ser regulada en
el cuerpo la supervivencia de las células
beta", afirma la coautora Patricia Kilian, quien
añade que "futuros estudios
pondrán a prueba cómo afecta esta
hormona a la función de las
células beta en modelos de diabetes tipo
1".
La hormona TLQP-21 es parecida en algunas de sus
funciones a otra hormona natural producida en el
tracto digestivo, el péptido similar al
glucagón GLP-1. A través de
diferentes mecanismos, ambas hormonas protegen y
promueven la secreción de insulina.
Actualmente, el GLP-1, o los fármacos que
lo estabilizan, son ampliamente utilizados para
tratar la diabetes tipo 2, pero con algunos
efectos secundarios, como el aumento del ritmo
cardíaco, y un reducido vaciado del
estómago, que han dado lugar a la
suspensión del tratamiento en algunas
personas.
"Lo que interesante es que en los estudios con
animales tratados con TLQP-21 no hemos visto
estos efectos secundarios", afirma el coautor
Samuel B. Stephens, quien añade que "las
ratas del estudio comieron una cantidad normal
de alimentos, y no mostraron ningún
cambio en la frecuencia cardíaca o en los
patrones de la digestión cuando se les
administró grandes dosis de la hormona".
Según los investigadores, el siguiente
paso es encontrar una pequeña
molécula que estimule las células
de los islotes pancreáticos que producen
la hormona TLQP-21, o desarrollar versiones
más potentes y estables de la hormona
inyectada. La investigación para el
desarrollo de un fármaco de acción
prolongada ayudará a acelerar las pruebas
en modelos de diabetes tipo 1.
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