Las redes sociales cuidan a los ancianos
Carlos
Gómez Abajo,
30 julio 2012
UE
Foto: PhotoXpress
Las caídas y las
lesiones sufridas por las personas de edad
avanzada cuestan enormes cantidades de dinero
a la sociedad. Para tratar de paliar este
problema, un proyecto de alta prioridad de la
Unión Europe bautizado como Fareseeing
está investigando cómo descubrir
y prevenir las caídas de los ancianos,
y cómo puede conseguirse un ahorro en
ese campo. Fareseeing cuenta con 11
participantes y con una inversión de
4,5 millones de euros.
"El
proyecto ha construido ya la base de datos
más grande del mundo con
información sobre los movimientos de
las personas mayores justo antes y justo
después de sufrir una caída", ha
explicado el investigador Babak Farshchian en
una nota de prensa de Sintef (Fundación
para la Investigación Industrial y
Científica del Instituto Noruego de
Tecnología), una de las entidades
participantes. Se trata de la mayor
fundación de investigación de
Escandinavia.
"Esto
es posible gracias a los sensores fijados a un
cinturón que llevan los ancianos en la
cadera y que registran si el usuario se siente
mareado o tiene debilidad en las piernas",
añade Farshchian. Basándose en
los datos recogidos hasta el momento, es
posible predecir la próxima
caída de una persona con mayor
precisión y alertarle para que se
siente o se acueste.
Una
respuesta más rápida
El
problema de las caídas es que a menudo
tarda mucho tiempo en llegar la ayuda.
Así que también se está
intentando utilizar la tecnología para
encontrar formas de acelerar este proceso.
En esta
dirección, Sintef ha estado
trabajando con la NTNU (Universidad Noruega
de Ciencia y Tecnología) para
desarrollar una propuesta que permita que la
tecnología de las redes sociales se
utilice para dar la alarma en tales
situaciones, en lugar de enviar una alerta
sólo al proveedor de servicios
sanitarios oficial.
"Es
fácil llevarse la impresión de
que Facebook es sólo para actividades
lúdicas y recreativas, tales como
compartir fotos y charlar de música,
pero sólo estamos en las primeras
etapas de la utilización de este
medio", explica Farshchian.
Conectar
la alarma a los medios sociales
permitirá que la asistencia potencial
se amplíe a un "equipo" en el que no
sólo los servicios municipales, sino
también los niños y los vecinos
más cercanos puedan jugar un papel.
Una
persona que ha sufrido una caída a
menudo sufre dolor y puede estar en shock. Si
la alarma se envía a muchos, la ayuda
puede llegar más rápido. Esto es
vital tanto para la persona que ha sufrido la
caída, como para su familia.
¿Quién recibe la alarma?
Sintef ha mandado a un pequeño grupo de
estudiantes de la NTNU la tarea de desarrollar
una interfaz para redes sociales. Esto ha
supuesto muchos desafíos
técnicos y estructurales relacionados
con el diseño del sistema y su
arquitectura, y el cumplimiento de los
requisitos reglamentarios.
Sintef y NTNU han tenido que encontrar un
sistema en el que los datos sobre
caídas se almacenen fuera de la red
social, ya que dicha información
está protegida por la ley como datos
personales. "Por esta razón, hemos
elaborado nuestra propia pequeña
versión de Facebook", explica
Farshchian.
Si la plataforma es aprobada, los propios
municipios tendrán la posibilidad de
establecer los nombres de las personas que
serán alertados. Las empresas que
fabrican tecnología de sensores
también se han involucrado en el
proyecto. Dado que los municipios controlan
todas las alarmas que requieren
interconexión, esto crea una serie de
problemas.
"No tenemos el objetivo de vender la
plataforma. Nuestra función es
demostrar que podemos mejorar los servicios
existentes de respuesta de alarma y que se
puede conseguir un ahorro", subraya
Farshchian. "El servicio se probará en
Trondheim (Noruega) la próxima
primavera", avanza.
El mercado de aparatos de monitoreo
En línea con el creciente aumento de la
población anciana con necesidad de ser
cuidados en casa, un reciente estudio llevado
a cabo por ABI Research prevé que el
mercado de dispositivos de monitoreo para
ancianos crecerá a más de 36
millones de unidades en 2017, frente a los
menos de tres millones en 2011; eso equivale a
una tasa compuesta anual del 55,9%.
Aprovechar las comunicaciones
inalámbricas de forma que se puedan
llevar encima sin restringir o molestar a las
personas mayores, les ayudará a vivir
de forma independiente y hará
más fácil el trabajo de los
cuidadores.
Eso aumenta las posibilidades de este nicho de
mercado, para que empresas del sector
sanitario o tecnológico desarrollen
nuevos aparatos, según la nota de
prensa de ABI Research.
Hasta ahora, los servicios de emergencia y de
asistencia se solían comercializar
separados del monitoreo médico, pero a
medida que aumentan las enfermedades
crónicas, cada vez van más
juntas.
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