"De
los distintos tratamientos que se utilizan para dejar de fumar, el
más efectivo es el farmacológico -afirma el doctor Fernando
Verra, médico de planta de la División Neumonología del
Hospital de Clínicas, diplomado en Tabaquismo en la Universidad
de París-. Encarando el tratamiento en forma racional y
realizando un seguimiento del mismo, un 40% de los pacientes va a
mantener la abstinencia al año de haber dejado el cigarrillo."
Los
tratamientos farmacológicos tienen dos pilares: los sustitutos de
nicotina y los psicotrópicos. "Los sustitutos son necesarios
ya que la nicotina es una droga que genera una adicción física -explica
Verra-. Al aportar al organismo nicotina a través de parches o de
chicles se evitan los síntomas desagradables del síndrome de
abstinencia, que pueden hacer que la persona vuelva a fumar."
En
cuanto a los psicotrópicos (antidepresivos y ansiolíticos),
"se usan en aquellos pacientes que tienen detrás de su
tabaquismo síndromes ansio-depresivos que no han sido
diagnosticados, pero que son parcialmente compensados por el
cigarrillo".
El
tratamiento farmacológico dura en promedio tres meses, y se
recomienda un seguimiento médico durante un año.
Una
alternativa son los grupos de autoayuda o de cesación. "Entre
un 15 y un 20% de las personas que acuden a estos grupos logran
mantenerse sin fumar al año -comenta Verra-. En cualquiera de los
casos, la piedra angular para dejar esta adicción es la motivación,
sin ella es imposible dejar de fumar."
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