Hay 3 millones de viejos pobres en Colombia, y solo 2 de cada 10 mayores de 60 tienen pensión
Eltiempo.com
Colombia
Agosto 22 de 2007
Un alto porcentaje de ellos es tratado como una carga por sus familiares, no solo por su improductividad sino porque su cuidado demanda la atención de otro miembro del hogar.
La situación no es buena ni siquiera para los de estratos altos, debido al grado de marginalidad al que los ha sometido la sociedad", advierte Claudia Posse, gerente de Andante S.A., grupo que trabaja con adultos mayores.
"Los de estratos bajos llegan a esta etapa de la vida sin protección alguna, porque en su mayoría no cotizaron para seguridad social.
Los de estratos más altos viven en la soledad e inactivos. Somos una sociedad que ha hecho a un lado a sus mayores", dice Posse.
De acuerdo con la Dirección General de Promoción Social del Ministerio de la Protección Social, el último Censo también mostró que el 98 por ciento de estas personas vive con sus familias, lo que evita que padezcan condiciones de abandono, a pesar de que el país carece de una red de servicios especializada en la atención de esta población.
La falta de una política integral para los adultos mayores es una de las razones de estas carencias. De momento solo existen programas que buscan aliviar la situación de los más vulnerables.
Diana Arenas, directora de seguridad económica y pensiones del Ministerio, explica que este año están asignados 430 mil millones de pesos para financiar dos programas: el de Protección al Adulto Mayor y el Juan Luis Londoño de la Cuesta, de Bienestar Familiar.
"El primero entrega subsidios que oscilan entre los 40 mil y 75 mil pesos mensuales a adultos mayores en extrema pobreza, y el del Icbf les brinda almuerzos calientes durante casi todo el año, o mercados, a otros 400 mil beneficiarios", dice Arenas.
Rodrigo Córdoba, de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, asegura que esto no es suficiente, "una persona de esta edad requiere atención especializada en salud y geriatría. En este país eso es todavía exótico. Eso incrementa costos, ensombrece pronósticos y atenta contra la calidad de vida del paciente mayor".
El Ministerio sostiene que está en la fase de validación de un proyecto para desarrollar una política nacional de envejecimiento y vejez, que busca trazar a futuro líneas integrales de acción para la tercera edad, especialmente para los más pobres.
Envejecemos al ritmo del planeta
Colombia está envejeciendo casi a la misma velocidad del resto del planeta. De acuerdo con datos del último Censo, cerca de 3'800.000 personas tienen 60 años o más y se proyecta que para el 2050 esta población superará en número, y por primera vez, a los menores de 15 años en el país.
Lo preocupante es que la mayoría de los adultos mayores son pobres. Tres millones, por ejemplo, están clasificados en los niveles 1 y 2 del Sisbén.
Un caso lleno de amargura
"Recordar todo lo que hice y lo que perdí es una tortura que no me deja tranquilo".
A sus 60 años, Álvaro Tirado no solo debe enfrentarse a su vejez enferma, sino a los remordimientos que no lo dejan dormir por haber destruido su vida por cuenta de las drogas.
Hasta hace 21 años era un esposo y padre de tres hijos que se ganaba la vida como taxista en Armenia. Pero un día probó la marihuana, luego el bazuco, y se convirtió en adicto. Al poco tiempo abandonó su hogar y se trasladó a Bogotá, donde se convirtió en un indigente más.
"Toqué fondo", cuenta Álvaro sobre su experiencia, la misma que lo tiene viviendo solo, dependiendo de una bala de oxígeno para respirar (tiene los pulmones destrozados) y de la generosidad del padre Ramón Garcés, director del albergue para abuelos abandonados al que llegó hace cinco años, después de que casi lo matan. En una riña le dieron cinco tiros.
Lo que más le duele es haber perdido su hogar. "No tengo coraje para darles la cara a mis hijos". Es por eso que ahora que está solo, viejo y enfermo, afirma que la droga fue su maldición.
Música para sanar el cuerpo y el alma
Doce abuelos -la mayoría de ellos pensionados- encontraron la fórmula mágica para curarse de las enfermedades y para sentirse tan vigorosos como muchachos de 15 años. No solo eso.
También hallaron una nueva razón para luchar, en el ocaso de sus vidas, llevando canciones y sonrisas a otros adultos mayores que no tienen su fortuna: una pensión y el respaldo de una familia a su lado.
Es la tuna del grupo San Eduardo, fundada hace 15 años por Audit Aldana, una ama de casa que se puso en la tarea de 'reclutar' a abuelos con aptitudes para la música.
Ahora esta agrupación visita ancianatos de caridad, donde cantan boleros y todo tipo de música, ataviados con sus vistosos uniformes.
"Aunque a veces se nos olvidan las canciones, la satisfacción de llevarle alegría a los abuelitos es muy grande", cuenta Eusebia González, de 65 años. Marco Serrano, de 68, dice que cantar es el mejor 'jarabe'. "Poder animar a otros viejos, como uno, es una dicha", afirma.
'Después de viejos somos un estorbo para los demás'
Desde hace dos décadas, cuando los achaques de los años le cayeron encima y al encontrarse solo (su mujer murió y su única hija se casó), Seferino Ruiz Ballesteros se la ha pasado de casa en casa, viviendo de caridad donde personas que le dan la comida y un techo.
"La última persona que me recogió fue una señora muy buena, acá en Bogotá, pero se cansó de mantenerme cinco años. Es muy triste vivir de arrimado. Los viejos somos un estorbo hasta para la familia", cuenta Seferino, quien a sus 78 años, y desde hace cinco, vive en un albergue para ancianos en infortunio.
"Acá solo se mira pasar los días; se cuenta el tiempo a la espera de que uno se muera", cuenta el hombre, quien durante su juventud trabajaba como jornalero en su tierra natal, Viotá (Cundinamarca), y a quien el dinero solo le alcanzaba para 'medio vivir'. Nunca tuvo plata para comprar una vivienda, y menos para pensar en una pensión.
De su hija no tiene razón desde hace siete años. Lo único que sabe es que vive en los Llanos Orientales, que tiene varios hijos y que es muy pobre. "No le reprocho por haberme dejado solo. Sé que vive muy mal", cuenta Seferino, quien asegura que su salud está bien, salvo una artritis que lo pone a temblar día y noche. Al que sí le reprocha es al Estado, porque, según él, se olvidó de sus ancianos.
A sus 71 años, Cristóbal trabaja en la calle
De lunes a sábado, Cristóbal Ramírez, de 71 años, recorre las calles de Bogotá con una carretilla a cuestas, cargada con cartones, botellas y periódicos viejos.
"El domingo no se consigue nada", cuenta este bogotano, quien desde hace 30 años se gana el sustento como reciclador. Por su trabajo recibe al día entre 5 mil y 10 mil pesos. Con ese dinero paga el arriendo de la casa donde vive con su nuera y su nieta, en el barrio Bachué.
Ellas son lo único que le queda. Su mujer murió hace más de 10 años y su único hijo, hace cuatro. La comida se la dan en la calle, la gente que ya lo conoce. "Esto es muy peligroso porque los carros pasan muy rápido.
Ya estoy viejo y achacado para trabajar tanto, al sol y al agua, pero no hay de otra", cuenta Cristóbal, quien en sus 'años mozos' fue obrero de construcción.
El viejo Cristóbal dice que le gustaría pasar sus últimos años cuidando una finca.
Solo dos de cada diez mayores de 60 años tienen algún tipo de pensión. El país, que envejece con rapidez, todavía no tiene una política integral para la tercera
edad.
Algunas cifras
600 millones de personas mayores de 60 años hay en el mundo según la OMS. Se estima que en el 2050 esa cifra se habrá triplicado.
67 años es la esperanza de vida de los hombres en Colombia, de acuerdo con el Dane. En el caso de las mujeres, la proyección es de 74 años de edad.
4.000 son los adultos mayores de 99 años en Colombia, según el censo del 2005. El 64 por
ciento son mujeres, y el 36 por ciento restante son hombres.
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