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Honduras: Congreso analiza
unificar sistemas de jubilaciones y seguridad social
La Tribuna
8 de Marzo de 2011
Honduras
Según Leitzelar, la Ley de Protección
Laboral regulará todos estos mecanismos de protección a las personas en
general, inclusive los que no aportan a los ocho institutos de previsión.
Diputados del
Congreso Nacional socializan la posibilidad de unificar los sistemas de
seguridad social en Honduras, con el objetivo de instaurar un
sistema único que integre a los sistemas de jubilaciones y pensiones que
ya existen en el país, sin imponer cargas fiscales para el Estado.
Así lo afirmó, el diputado proyectista German
Leitzelar, para quien la seguridad social debe incluir un “pilar cero”
que garantice la protección social mínima a la población en general, así
como otros beneficios para aquellos que están amparados en otro
sistema, por el que se le deduce en su trabajo.
Leitzelar sostuvo que
mediante la Ley de Protección Laboral se regularán todos estos
mecanismos de protección a las personas en general, en el que además se
incluya “salud, vivienda y sobre todo jubilaciones y pensiones no solo
para las personas que laboran si no a toda la ciudadanía en general”.
“Lo más que se buscará con la ley es la
integralidad, o sea la unificación de lo que es el sistema de crear un
sistema único de seguridad social respetando la autonomía y la
independencia de cada uno de los institutos, pero estructurando un
mecanismo especial de fideicomiso que va a administrar todos los fondos de
invalidez, vejez y muerte sin que tenga que haber una carga fiscal para el
Estado”, agregó.
En Honduras, el sistema de previsión lo integran ocho
institutos de jubilaciones o retiros, y otros programas de retiro que
tienen algunas empresas privadas.
A finales del año anterior, la Comisión Nacional de
Bancos y Seguros (CNBS) alertó sobre las deficiencias en los sistemas de
previsión de Honduras, pues los dos sistemas que comprenden a la mayoría
de los jubilados y pensionados operan con números rojos.
FALTA DE ACCESO A PREVISIÓN SOCIAL
Los modelos de previsión social vigentes en Honduras
solo permiten obtener un seguro de vejez a empleados, a quienes ejercen un
trabajo y cotizan a institutos durante su vida laboral. En países
desarrollados este es un seguro que tiene una cobertura casi total para
toda la población.
El Inprema
enfrenta un déficit actuarial de 72 millones de lempiras, lo que pone
en riesgo las jubilaciones de 40 mil de sus afiliados.
Se estima que en el presente año unos 500,000 hombres
y mujeres mayores de 60 años “no tienen absolutamente ninguna pensión,
nada de seguridad social.
La jubilación en Honduras varia de régimen a régimen,
pero en promedio la misma es de 50 años la voluntaria y 65 la obligatoria,
el promedio de pensiones en los diferentes institutos de previsión varía
entre 400,800 y 2000 lempiras.
Más del 85 por ciento de los jubilados INJUPEMP
subsiste con pensiones de 2000 y 4000 lempiras mensuales. Sin embargo, se
reporta que médicos lograron pensiones superiores a los 50,000 lempiras
ya que acreditaron hasta tres salarios de igual número de empleos en la
administración pública.
Igualmente, el Poder Legislativo, se apresta a nombrar
una comisión interventora en el Inprema para evitar el efecto dominó y
declararla en quiebra, dado que enfrenta un déficit actuarial de 72
millones de lempiras.
El legislador informó que actualmente trabajan con
especialistas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y con
actuarios de los institutos hondureños, con quienes buscan encontrar
mecanismos y ver que estas instituciones tengan capacidad de administrar
esta operación.
Los sistemas enfrentan como limitante que solo pueden
acceder a ellos los empleados de cada uno de los sectores favorecidos. La
gran mayoría de empleados que forman parte del mercado laboral informal
de la nación, y principalmente el campesinado y quienes viven de la
producción de pequeñas parcelas en el sector rural, no tienen acceso a
los mismos.
Se considera que Honduras tiene una de las poblaciones
más jóvenes de América, con 22 años de promedio, pero los indicadores
establecen que en el 2050 el porcentaje de personas de la tercera edad
habrá crecido del 5.4 al 13 por ciento de la población, es decir casi un
millón de ancianos.
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