Uno de cada tres ancianos
ayuda a su familia con su pensión
Por
J.G., ABC.es
el 15 de junio de 2012
España
Foto: Jordi Romeu/ Los ancianos
son ahora el pilar de algunas familias
La crisis
económica impacta a las familias de tal
manera que hasta las hace retroceder en el tiempo.
Los hijos con edad de trabajar pero en paro tiene
que ser sustentados con las pensiones de sus
padres jubilados y algunos vuelven a vivir a casa
de sus progenitores años después de
emanciparse en busca de refugio.
Uno de cada tres ancianos han ayudado
económicamente a alguno de sus familiares
con sus pensiones en los últimos dos
años, y uno de cada cuatro han tenido que
acoger de nuevo a algún hijo en su casa,
según ha concluido el III Observatorio de
Vulnerabilidad de la Cruz Roja de Cataluña,
cuyaos resultados fueron hechos públicos
ayer.
El presidente de la entidad, Josep Marquès,
explicó en rueda de prensa que las personas
mayores se están convirtiendo en «un
pilar imprescindible para paliar las secuelas de
la crisis» y son un colectivo que debe
cuidarse para evitar un efecto dominó que
alcance al conjunto de la sociedad. Tras analizar
el impacto de la crisis en 674 usuarios mayores de
65 años, la entidad de ayuda humanitaria ha
detectado que el 70% de ellos han visto disminuir
su capacidad de ahorro, debido al encarecimiento
de los precios y al incremento de las cargas
familiares.
También el 70% creen que «esta crisis
es más grave que las anteriores» y
que las nuevas generaciones vivirán peor
que las actuales debido al deterioro del Estado
del Bienestar.
El estudio revela que se han invertido los flujos
de solidaridad intergeneracional por los cuales
los más jóvenes contribuyen al
bienestar de los mayores a través de la
financiación del sistema de pensiones.
«Ahora ya son más los mayores de 65
años que apoyan a las generaciones
más jóvenes», destacó
Marquès, cifrando en un 20% los ancianos
que prestan ayuda económica a sus hijos, un
10% los que ofrecen apoyo alimentario y un 6,5%
los que han acogido a algún hijo en casa.
El impacto de la crisis económica tiene
consecuencias sobre la alimentación de los
mayores ya que, un 20% de ellos asegura no poder
comer con regularidad fruta, carne ni pescado.
Además, el hecho de tener que destinar sus
pensiones a ayudar a sus familiares ha obligado a
la mitad de ellos a privarse de ir al dentista y
revisarse la visión.
Asimismo, Marquès alertó de que dos
de cada cuatro ancianos no pueden mantener su casa
a una temperatura adecuada y que el 80% de ellos
no pueden permitirse ningún gasto en ocio y
descanso.
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