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Cómo $50 mensuales le cambian la vida a los ancianos salvadoreños


Por Zoila Hernández, La Página

24 junio 2012

El Salvador

 

La Pensión Básica Universal, ha llevado felicidad a los adultos mayores que solo tenían, en su mesa, un plato de frijoles y sal para comer. Tal es el caso de los esposos, Carmen de Jesús, de 76 años, y Jesús Núñez Alvarenga, de 80, residentes de la Comunidad San José el Naranjo en Jujutla, Sonsonate.

Ambos crecieron en hogares de escasos recursos económicos; por ende, ahora, sienten que el cambio ha llegado a sus vidas.

Carmen recuerda que, de niña, cuando iba a la escuela, sus padres solo podían darle cinco centavos de colón para que los compartiera con su hermana y con eso se conformaba porque “no había quien dijera, te voy a dar estos diez centavitos”, contó Carmen.

Cuando regresaba de la escuela a su casa, iba con las esperanzas de encontrar algo que comer en la mesa. “Habían veces que nos tenían frijolitos, para el almuerzo, a veces que nada, todo era limitado. Hasta ahora nosotros sentimos que estamos gozando con el bono”, aseguró.

Durante su juventud, Carmen, se dedicó a la alfarería y la agricultura. Con los pocos ingresos que la venta de ollas, cántaros y juguetes de barro le generaba, más la cosecha que recogía del campo junto a su esposo -con quien ha compartido 53 años- pudo criar siete hijos: cinco mujeres y dos hombres.

Cuando sus hijos crecieron, estos alían a trabajar el campo de algún vecino y así se ganaban algunos centavos los cuales se los entregaban a Carmen para que ella comprara lo más necesario de la casa. Para los padres era una satisfacción al ver que sus hijos aportaban económicamente.

Pese a todos los esfuerzos hechos, la pareja no logró salir de la pobreza y, ahora, con los años encima dicen sentirse más que satisfechos por la ayuda que reciben del Fondo de Inversión Social y Desarrollo Local (FISDL), que entrega los fondos solidarios.

"Cayó del cielo"

Los $100 que recibe don Jesús cada dos meses es “como algo que nos ha bajado del cielo para mantenernos, protegernos y que no nos falte el con qué ni la medicina”, dijo.

Debido a que su edad y las enfermedades ya no le permiten trabajar el campo ni el barro, él agradece a Dios y al Presidente Mauricio Funes por haber cumplido la promesa de entregarles ayuda.

La suma que reciben don Jesús y su esposa Carmen suman $200 bimensuales, más los $30 que también logran por la nieta quien tienen a su cargo.

Según Carmen el dinero ha hecho posible comprar leche, café y medicina, entre otros productos necesarios de la casa. “Antes no podíamos comprar todo eso porque si alcanzábamos para la sal y la azúcar ya para otras cosas no, ahora estamos felices”, dijo ella.

Más beneficiados

La presidenta del FISDL, Carolina Ávalos, afirmó que hasta la fecha un total de 16 mil adultos mayores en 53 municipios han sido beneficiados con la Pensión Básica Universal, que tiene como objetivo reducir la pobreza severa y extrema.

“Estamos avanzando hasta llegar a los 100 municipios que se han identificado como los más pobres del país”, dijo.

Agregó que con esta ayuda buscan dignificar la vida de estas personas que ya aportaron a la sociedad durante su juventud.

“En el área rural, cuando iniciamos, 9 de cada 10 adultos mayores no contaban con una pensión formal. Entonces, este es un apoyo económico a estas personas a quienes se les ha reconocido ese derecho”, indicó Ávalos.

Para que una persona, de 70 años en adelante, pueda gozar de este bono debe vivir en condiciones de pobreza severa o extrema y residir en uno de los 100 municipios catalogados con mayor índice de pobreza en el país

Para identificar a los más necesitados, el FISDL realizó un censo en el 2008 y fue así como un listado de las personas que debían ayudar con el bono.

El FISDL se apoya en promotores locales quienes se encargan de visitar cada hogar para inscribir al adulto mayor que cumpla los requisitos para beneficiarse de la pensión.

Cada uno de los beneficiados firma un convenio con el FISDL y en caso de que no puedan ir personalmente a recibir el bono pueden otorgarles ese derecho a un familiar cercano.

Según Ávalos, el programa durará hasta el 2014 debido a que ese año termina la gestión del presidente Mauricio Funes. Sin embargo, espera que el próximo gobierno le de continuidad al proyecto.

Según la directora del FISDL, el dinero para los bonos provienen directamente de los fondos del gobierno y forman parte Programa Presidencial Nuestros Mayores Derechos (PNMD), coordinado por la Secretaría de Inclusión Social.

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