Pontón del Valle, Cuetos, Braña de Arriba, Casitu ... Son nombres de pequeños pueblos de las comarcas mineras con un denominador común: sus calles y viviendas están desiertas y la maleza las convierte en pueblos'
fantasmas'.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, relativos a 2008, en las comarcas del Caudal y del Nalón hay 304 poblaciones deshabitadas. Si se tiene en cuenta que, en Asturias, hay 638 pueblos en la misma situación, la cifra revela que el 49% de los núcleos despoblados que hay en la región están en las cuencas. El INE reconoce como pueblos abandonados los que tienen menos de 10 edificaciones y la población total (según el censo municipal) es menor a
1.
La comarca del Caudal es la más afectada por el éxodo rural y la concentración de sus habitantes en grandes núcleos urbanos. Tiene 186 núcleos abandonados. Ahora bien, en el análisis por municipios, Mieres se lleva la peor parte. Encabeza la clasificación con 98 localidades despobladas. Le sigue Lena, con 42, y Aller, con 32. El problema de la diáspora afecta en menor medida a Riosa, con 9 pueblos deshabitados, y a Morcín, que cuenta con 2.
La vecina comarca del Nalón está menos aquejada por esta situación, ya que, en su caso, hay 118 pueblos abandonados. De hecho, el concejo de Caso es uno de los pocos en el que sus habitantes no han dejado despobladas las zonas rurales, mientras que, en Sobrescobio, sólo han sido abandonados 2 núcleos. Nuevamente, los municipios más industrializados encabezan en esta cuenca el abandono de las zonas rurales. Así, San Martín del Rey Aurelio, con 49, y Langreo, con 38 poblaciones sin vecinos, registran el 74% de las localidades deshabitadas del Nalón. En el caso de Laviana, el concejo cuenta con 29 poblaciones sin
residentes.
La razón de este despoblamiento parece clara: el envejecimiento de la población y el abandono de las explotaciones agrícolas, que aboca en la pérdida de empleo y en la emigración de la gente joven. Este fenómeno conduce también al cierre de las escuelas, a una disminución en los servicios públicos y a la falta de desarrollo y de futuro. En definitiva, el declive lleva a una desaparición casi imposible de parar. Un ejemplo es la relación que, cada año, presenta el INE de pueblos
'fantasmas'.
100 más en ocho años
Así, desde 2000, ejercicio a partir del cual comenzó a haber un listado de estos núcleos, Asturias ha visto crecer el número de estos núcleos. En ocho años, un centenar de localidades siguen en el mapa, pero sin vecinos.
En dicho periodo, Mieres ha sido testigo de cómo la población se marchaba dejando totalmente vacía una veintena de núcleos.
Parar frenar la despoblación del entorno rural, la mayoría de los concejos de las comarcas mineras están tomando medidas. Entre las principales, están la reparación de accesos y carreteras rurales, la recuperación de lavaderos, fuentes y la dotación de premios al esfuerzo vecinal.
Este interés se ha visto recompensado con el desarrollo del turismo rural y el uso de antiguas viviendas familiares durante los fines de semana. Pero, según confirman los responsables municipales, para recuperar un pueblo es esencial la ayuda de los ciudadanos. «Si no hay personas censadas y viviendo, resulta muy difícil invertir»,
advierten.
More
Information on Rural Aging Issues in the World
More
Information on Rural Aging Issues in the US
Copyright © Global Action on Aging
Terms of Use |
Privacy Policy | Contact
Us