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Comienza la libre opción por la jubilación

Por Silvia Stang, La Nación

Argentina

9 de abril de 2007


El traspaso podrá realizarse desde el jueves y hasta diciembre; varios factores determinan qué decisión conviene tomar

El jueves próximo, y por 180 días, se abrirá la puerta que permitirá el pase al régimen jubilatorio de reparto de los afiliados al de las AFJP (capitalización); también será posible (aunque esa vía ya existía) desafiliarse del régimen gestionado por el Estado para derivar los aportes a una administradora de fondos de jubilaciones y pensiones. Son dos sistemas que funcionan con reglas diferentes, y tomar una decisión que maximice los ingresos futuros depende de varios factores, algunos difíciles de ponderar, como las expectativas de inflación y de rentabilidad futura de los ahorros capitalizados. 

Según los especialistas, es conveniente ahorrar primero en una AFJP y, faltando algunos años para el retiro, analizar la posibilidad de ir a reparto. Según algunos cálculos, y dependiendo de las expectativas sobre la macroeconomía y sobre la situación personal, la edad ideal para ese pase podría ubicarse entre los 40 y los 48 años en el caso de las mujeres (que se jubilan a los 60), y entre los 48 y los 58 años para los varones (que se retiran a los 65). Sólo por este año se podrá optar sin límite de edad. 

Si bien entra en juego la subjetividad respecto de a quién se le tiene más confianza, no es la diferencia esencial que un régimen sea público y otro privado: es cierto que el Estado gestiona el sistema de reparto, pero también participa en capitalización con la AFJP del Banco Nación. 

¿Cuáles son los principales rasgos que diferencian a los sistemas? 

El destino de los aportes: en capitalización, el descuento salarial -que hoy es del 7%, pero que en enero de 2008 se igualará con el de reparto, en el 11%- va a una cuenta de ahorro que es propiedad inembargable del trabajador. Los afiliados reciben un informe con los movimientos de su cuenta: cada mes, al llegar el dinero, la AFJP se descuenta la comisión (que no puede superar el 1% del salario) y el costo del seguro que cubre las prestaciones por invalidez o muerte (este mecanismo cambiará en 2008). El fondo varía al incorporar los resultados de las inversiones, que están reguladas y controladas por el Estado. 

En reparto, los aportes van a un fondo común y no existe el sentido de propiedad individual, así como tampoco hay un costo explícito como el de las comisiones en las AFJP. La Anses envía un informe con el detalle de los aportes ingresados. 

Las prestaciones: el Estado paga una prestación básica universal (PBU) a los afiliados de ambos sistemas, que es de entre 200 y 240 pesos. En capitalización se suma la llamada jubilación ordinaria, que surge del monto capitalizado y se calcula en función de la esperanza de vida en el momento del retiro. En reparto, la prestación adicional por permanencia tiene relación con el salario de los últimos años: la nueva fórmula (que mejora la vigente hasta ahora) determina un beneficio equivalente a multiplicar por la cantidad de años aportados el 1,5% del salario promedio de los 10 últimos años. En ambos casos, hay una prestación compensatoria por lo aportado antes de la reforma de 1994. 

Actualización de los haberes: en capitalización se actualiza periódicamente el valor de la jubilación ordinaria, que es una parte del ingreso. Una modalidad para jubilarse es la del retiro programado, que consiste en dejar el ahorro acumulado en la AFJP, que pagará mensualmente. La prestación no se fija en pesos, sino en una cantidad de partes alícuotas en las que se divide el fondo y cuyo valor se mueve según el rendimiento de las inversiones. Esto hace que las prestaciones se ajusten según resultados financieros. Entre diciembre de 2001 y febrero pasado, el valor promedio de la parte alícuota creció un 256,5% y, en el último año, un 18,1 por ciento. Otra modalidad es comprar, con el dinero acumulado, una renta vitalicia en una aseguradora; en este caso, la prestación se ajusta según una tasa regulada. 

En reparto, la movilidad de los haberes es un tema sobre el que se espera la palabra de la Corte Suprema. Hoy no se aplica ningún mecanismo de ajuste periódico, sino que el Poder Ejecutivo ajusta los haberes en el momento y cuantía que considera oportunos, política que en los últimos años logró una importante recomposición para los haberes más bajos, pero que relegó a quienes tienen jubilaciones medias o altas. Tampoco se actualiza el valor de los salarios de los últimos 10 años para calcular el haber inicial. 

Independientemente del día en que se haga la opción, el cambio se hará efectivo sólo el 1° de enero de 2008. El formulario podrá obtenerse en www.anses.gov.ar o en las sucursales del organismo, las de las AFJP y las del Correo Argentino. 

Algunas variables para tener en cuenta 

Inflación estimada 
A mayor inflación esperada, convendría permanecer más tiempo en una AFJP, dada la falta de actualización de los salarios para calcular los haberes en reparto. En capitalización, si bien no hay garantía de que se repita, el rendimiento de los fondos superó al alza de precios. 

Expectativa de salarios 
Si para los últimos años de la vida laboral se esperan salarios crecientes, eso jugaría a favor de reparto, que promete beneficios en relación con esa variable; pero hay que tener en cuenta que, al estimar el haber inicial, se aplica un tope al salario base del cálculo, que es de $ 6000. 

Edades 
Lo más conveniente sería comenzar siempre aportando a una AFJP, ya que esos fondos se seguirán alimentando con la rentabilidad del sistema. Y, faltando unos años para jubilarse, podría convenir el pase a reparto, según las expectativas de inflación y evolución de los salarios. 

Ser mujer o estar casado 
Habrá mayor conveniencia de ir a edad más temprana a reparto. Como la edad de retiro femenina es más baja y la esperanza de vida es mayor, en capitalización lo ahorrado tendrá que durar más y la mensualidad será menor. Para el casado, es probable que el cónyuge herede el beneficio.


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