Home |  Elder Rights |  Health |  Pension Watch |  Rural Aging |  Armed Conflict |  Aging Watch at the UN  

  SEARCH SUBSCRIBE  
 

Mission  |  Contact Us  |  Internships  |    

        

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Es posible jubilarse en Guatemala?

www.elperiodico.com

1 de febrero de 2009

 

Guatemala

 

 

Se trabaja hasta que se muere. Pasar los últimos años descansando requiere astucia y previsión. En Guatemala, el sueño de la jubilación parece una excentricidad de los ancianos en las películas.

Con una enorme mochila al hombro, el cuerpo de María Victoria apenas se distingue en la multitud. Se le ve abriéndose espacio entre los pasajeros de una camioneta, que no se percatan de que debajo del bulto hay una persona. Logra un asiento y se arremanga la falda para observar con angustia su rodilla hinchada y palpitante. Acaba de caerse y va de vuelta a casa con buena parte de la mercadería no vendida y un raspón que urge de alcohol. María Victoria es una viuda de 75 años, que más que pensión recibe propina. Su marido fue empleado municipal toda la vida, por eso ahora a ella le entregan Q211 mensuales, que se van en un solo día, el día de pago de la renta.

En Guatemala la mayoría de trabajadores no conocen el retiro. Dedicarse a cuidar nietos o a leer rodeado de plantas, es algo que sólo pasa en las películas. Su jubilación, en un principio, es una paga que entusiasma, pero con el tiempo los precios suben y el cheque de pensión sigue llevando las mismas cifras. Además, con los años encima se hacen más necesarios los cuidados medicos y las medicinas. La pensión en pocos años no es más que una “ayudadita” y hay que volver al trabajo. 

El Estado entrega jubilaciones a los empleados con más de 60 años y al menos 15 de servicio. Los que laboraron en empresas privadas reciben la jubilación del IGSS. Las viudas o huérfanos menores de 18 años de trabajadores pueden cobrar la pensión. Pero en ninguno de los casos la paga es suficiente.

El último incremento se consiguió el año pasado, 88 mil jubilados recibieron Q200, y en el Gobierno de Portillo se instauró un bono de Navidad, con Q500. El IGSS incrementó Q100 a las pensiones más bajas en diciembre. Pero las pensiones siguen siendo insuficientes. El diputado Manuel Baldizón tenía un plan: un reajuste acorde a la inflación, pagado por los contribuyentes. Es decir que si la inflación subía un 10 por ciento, los pensionados recibirían 10 por ciento más y los empleados pagarían 10 por ciento más al IGSS. Pero la iniciativa cayó muerta en el propio partido de Baldizón. “Por celos políticos me lo bloquearon. Deberíamos ser más responsables con nuestros mayores”, comenta. 

“Las jubilaciones se pueden ajustar de manera paulatina o de golpe. Pero entre más tiempo pase más difícil será para el gobierno acoplarse”, explica el economista Fernando Carrera. “El problema es que es un sistema contributivo, es decir, los empleados han ahorrado y ese es el fondo que han conseguido, lo que les permite respaldar sus jubilaciones. Si va a haber ajustes, el Estado tendría que buscar cómo hacerlo. El número de empleados y la cantidad que se les aumente determinará la viabilidad de un aumento. Un número muy amplio lo haría inviable fiscalmente”, agrega.

“No hay un sistema automático de reajuste”, explica Verónica Spross, “lo ideal sería tener un sistema que permita vincular el beneficio con el poder adquisitivo”. Pero el problema se vuelve más complicado cuando los aportes al Seguro Social se reducen, en las oficinas del Estado pululan los empleados 0-29 y el 70 por ciento de los trabajadores vive en la informalidad. Eso se traduce en menos ingresos para el IGSS. “El Pronade era un programa sin pensión”, recuerda Baldizón. 

No hace falta ir con una pitonisa para saber nuestro futuro: un montón de viejos sin pensión. “Lo barato siempre sale caro”, dice Carrera, “esa factura la vamos a tener que pagar más adelante. Todos los que ahora están con 0-29 no tendrán pensión. Lo más probable es que entonces nos hagamos los desentendidos de ellos, como nos hacemos los desentendidos de los menores de 15 ahora”.

En Europa el crecimiento poblacional llegó a quedar en 0, no había fuerza joven que trabajara para pagar el seguro social de los adultos. Eso generó problemas en su economía. En Guatemala “hay un alto porcentaje de población menor de 15 años y otro porcentaje arriba de los 60 años, que son no económicamente activos. Entonces la carga de ambos grupos queda en el que está en medio, que es el mayoritario. En Europa ese bono se acabó hace rato, porque son más los ancianos y la población activa es más baja. Nosotros vamos en ese camino, en 2038 más o menos las cosas van a cambiar y habrá más pensionados y menos gente activa, y no tenemos un sistema de previsión para eso”, explica Carrera. 

Los pensionados van en aumento. En 1994 había 44 mil 612 jubilados del Estado, este año son 81 mil 118, casi el doble. El Estado gasta poco más de Q2 mil millones en pagar los retiros. 


More Information on World Pension Issues
 


Copyright © Global Action on Aging
Terms of Use  |  Privacy Policy  |  Contact Us