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Educación vial busca incluir a los ancianos

 

Eltelegrafo.com

 

4 de Diciembre del 2008

 

Ecuador

 

Las personas de la tercera edad requieren de cuidados especiales incluso en el área vial, ya que su movilidad es menor y necesitan de más tiempo para subir o bajar de los vehículos del transporte público, así como para cruzar las calles. | FOTO: FERNANDO SANDOVAL / El Telégrafo

 

Guadalupe Zambrano vive en la Av. 10 de Agosto y Mariana de Jesús; todos los días sube a oír misa a la iglesia San Gabriel. Para esta mujer, de 72 años, ir a diario a ese espacio que le devuelve la paz, le significa realizar un viaje al que cataloga como “peligroso y tensionante”, pues debe cruzar 2 avenidas y 5 calles transversales.

La razón para que lo califique de esa manera es que “los conductores no tienen paciencia y quieren que una mujer de mi edad pase ‘breve, bien breve’ (rápidamente) las calles”.

Guadalupe forma parte de los 836.171 ecuatorianos mayores de 65 años que, al salir de sus casas, deben sortear dificultades en lo referente al uso del transporte público y movilidad dentro de las ciudades que el año pasado ocasionaron daños físicos a 12.880 personas según registra el Ministerio de Salud Pública del Ecuador. 

Adriana Albuja, ayudante de enfermería del Centro Gerontológico Santa Rita, comenta que las personas mayores son las que corren mayor riesgo de sufrir accidentes de tránsito. La situación se debe, según Albuja, a que “no existe una cultura de respeto para con los ancianos, por parte de los conductores, en especial, de los buses”. 

Lo que ella indica no está muy alejado de la verdad, de acuerdo con los registros de las autoridades. De acuerdo a los datos de la Dirección Nacional de Control del Tránsito y Seguridad Vial, uno de los sitios donde más se presentan estos inconvenientes es Pichincha donde, durante 2007, se registraron 4.574 accidentes de tránsito que involucraban a adultos mayores.

En dichos accidentes los ancianos fueron víctimas de la falta de pericia de los conductores o el irrespeto a las normas de tránsito y seguridad. Datos de la Policía Nacional precisan que apenas el 3% de dichos accidentes son causados directamente por personas de la tercera edad.

Debido a esta problemática el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), junto al Ministerio de Salud y Dirección Nacional de Control del Tránsito y Seguridad Víal han iniciado una campaña de educación vial para personas adultas mayores, llamado “Compartiendo saberes para educar”. Este plan en su primera etapa, que se desarrollará en Pichincha, beneficiará a 4.000 ancianos.

Esto se enmarca dentro de la nueva Ley Orgánica de Transporte Terrestre y de Seguridad Vial, que especifica en su artículo 88 el establecimiento de programas de capacitación y difusión para conductores, peatones, pasajeros y autoridades sobre la creación de una cultura y conciencia vial.


Según Gina García, directora de Atención Gerontológica del MIES, la necesidad de hacer una campaña para los de la tercera edad surge de un estudio al respecto de la situación presente y futura de las y los ecuatorianos mayores de 65 años.

Precisa que los cambios poblacionales a nivel del país implican un acelerado proceso de envejecimiento de los habitantes y, de acuerdo al informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), para 2025 en el Ecuador la cifra de personas mayores a 65 años se triplicará. Esto significa que en el país habrá 3 millones de ancianos: “estas cifras son una alerta amarilla para el Estado, en la medida que se debe ir cambiando las políticas públicas, viendo como prioridad a la persona adulta mayor”, puntualiza la funcionaria.

Sumado a esto, según la Organización Panamericana de la Salud, los accidentes de tránsito van a ser para 2025 la tercera causa de muerte y discapacidades a nivel mundial. Es por esto que García comenta que se torna necesario iniciar un proceso de concienciación para que las estadísticas no sean catastróficas para esta fecha.

A decir de Jorge Pavón, director Nacional de Control de Tránsito, la Policía Nacional tiene ya un proceso de capacitación en educación vial dirigido para niños y estudiantes secundarios, basado en lo lúdico. Dicho programa ha sido adaptado para los adultos mayores, “pero no ha perdido la parte lúdica”, por lo que el aprendizaje resulta más fructífero. 

Además, en el proceso también se involucrará a otros actores (conductores, en general) para que conozcan sobre las necesidades específicas para las personas de la tercera edad.

Albuja, del centro gerontológico, señala que es vital este tipo de educación, ya que en el centro donde labora se atiende en el mes por lo menos 1 persona adulta mayor que ha sufrido caídas, golpes, atropellamientos causados por la “falta de atención y consideración de los conductores”. 

En ese sentido Pavón recalca que la capacitación consiste en, primero, dar a conocer la normativa de cómo el peatón debe conducirse en la vía pública. “Las personas mayores son propensas a diferentes formas de maltrato por parte de los conductores, porque hay mucha agresividad en el volante”, reconoce. 

Esta es la primera parte del proyecto, pero Gina García añade que existirá una segunda fase en donde se hará una capacitación conjunta con los transportistas públicos, “para trabajar con ellos la importancia que tiene que consideren a las personas adultas mayores como sujetos de derechos”. 

A través de la educación vial se pretende fomentar una cultura para la prevención de accidentes, en estos talleres las personas mayores aprenderán a conducirse con seguridad y posteriormente transmitirán sus conocimientos en materia vial a sus familiares y vecinos. 

La campaña inició el 19 de noviembre y se extenderá al 19 de diciembre en los cantones de Cayambe, Pedro Moncayo, Rumiñahui, Mejía, San Miguel de los Bancos, Pedro Vicente Maldonado, Puerto Quito y diversos sectores de la ciudad de Quito. Para 2009 se empezará el proceso de expansión para las demás provincias ecuatorianas.

Jeannette Sánchez, ministra de Inclusión Económica y Social, afirma que el Gobierno sí tiene una deuda con las personas de la tercera edad, debido a que durante años no se contaba con políticas públicas encaminadas al mejoramiento de condiciones de vida de este grupo etario. 

La Ministra recalca que “esta iniciativa viene dada por las necesidades que van surgiendo con el día a día”, y que su fin último es crear una cultura de respeto al peatón.
 


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