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El 5% de las personas mayores sufre abandono o maltrato por parte de su familia

 

www.diariovasco.com


2 de noviembre de 2009

 

España

Un 4,7% de las personas mayores sufre maltrato en el ámbito familiar. Así lo consideran los expertos. Pero en la mayoría de los casos es un daño realizado «por negligencia», es decir, por no dispensar los cuidados necesarios. El maltrato físico o psicológico es menos frecuente. Son datos de un estudio realizado por María Teresa Bazo, catedrática de Sociología en la Facultad de Económicas de Sarriko, que participa la próxima semana en un seminario sobre los Derechos de las Personas Mayores, organizado por la UPV en Donostia. Es la continuación de una jornada celebrada hace varios días. La socióloga realizó su informe en 2001, pero sus conclusiones han sido corroboradas en otros de ámbito internacional y por un estudio del centro Reina Sofía de Estudios Sobre la Violencia de Valencia, realizado el pasado año. Se trata de un asunto que la sociedad y la Administración deben afrontar, afirman los investigadores.


El de Bazo fue el primer estudio sobre la incidencia del maltrato a personas mayores en el ámbito familiar realizado en España a escala nacional. Se basó en encuestas planteadas a auxiliares domiciliarias en Vitoria, Sevilla y tres municipios de Las Palmas. La investigadora detectó maltrato en el 4,7% de los casos. El 81% de las víctimas eran mujeres. El principal tipo de maltrato fue la negligencia. Y los responsables eran los hijos e hijas biológicos y políticos (55%), seguidos por los cónyuges (12%) y por los hermanos y hermanas (7%).


Prevalece la negligencia 


«Lo que más se da es la negligencia física y la psíquica», explica la investigadora. «Falta la atención material y afectiva que debe darse a una persona dependiente. O incluso a una persona independiente, aunque en este caso existe la posibilidad de que el afectado lo resuelva. Pero al tratarse de un ámbito familiar las situaciones son complejas».


El estudio le abrió los ojos al problema. «La investigación tuvo muchas limitaciones. Fue una forma de atisbar un poco, mirar por el ojo de la cerradura. Mi plan era hacer el estudio a través de los hospitales pero me fue imposible».


A su juicio, el maltrato a las personas mayores es una cuestión «casi inédita», en la cual la sociedad debe avanzar. «Incluso en los casos de grandes dependencias hay formas de descubrirlo. De ahí la importancia de la formación de los médicos y de los trabajadores sociales. El cambio compete a la Administración y debe estar centrado en los servicios sociales. Hay que ir a las casas y no sólo hacer tareas administrativas. Para ello se necesitan medios».
Bazo, que durante ocho años ha sido representante de España en la Red Internacional de Prevención del Maltrato a las Personas Mayores, tiene claro que el problema es «internacional e interclasista». «Hay países que empezaron a trabajar antes. En España no ha habido gran preocupación social y política por el tema».


Los pasos comienzan a darse. El estudio del centro Reina Sofía de Valencia se basa en encuestas realizadas tanto a cuidadores como a personas mayores. Un 4,6% de los cuidadores declaró haber maltratado -según los términos establecidos en el estudio- al anciano en alguna ocasión. La tasa de maltrato aumentó hasta el 5,7% en los casos de personas mayores con gran dependencia. Los tipos más habituales fueron los de abuso económico -apropiación, aprovechamiento o mal uso de las propiedades o dinero del mayor-. Del 4,6% total, los casos de abuso económico representan el 1,9%. El maltrato físico supone el 1,8%y el psicológico, otro 1,8%.


Diferente percepción 


La percepción del maltrato por parte de las personas mayores era mucho más baja. Según las encuestas en este grupo, el 0,8% había sido víctima de maltrato por parte de algún familiar. El porcentaje aumentaba hasta el 1,5% entre los ancianos dependientes.


Según Isabel Iborra, coordinadora científica del centro Reina Sofía y responsable del estudio, la diferencia puede deberse a la distinta percepción del problema por parte de los dos colectivos. Y al hecho de que los cuidadores se refieren sólo a ancianos dependientes, mientras que el otro grupo es una muestra general, no sólo de mayores dependientes.


«La violencia puede ocurrir en todos los escenarios de la vida», reflexiona Iborra en su estudio. «Pero hay contextos en los que ocurre con mayor frecuencia y uno de ellos es la familia. Una estructura teóricamente basada en el amor entre sus miembros, parece que debería estar libre de conductas dañinas».


Reconoce que el mayor reto fue el «fuerte tabú» social a la hora de hablar de maltrato de mayores en el seno de la familia. Y también tradiciones culturales como el «edadismo», la consideración negativa de las personas por el hecho de ser mayores. La recomendación general es evitar sobrecargar a los cuidadores. «Cuando los servicios sanitarios y sociales atienden adecuadamente, muchos problemas se evitan», asegura.


La Confederación Española de Organizaciones de Mayores denunció hace unos días que alrededor de 300.000 ancianos «sufren maltrato en España», una cifra que se ha incrementado un 82,3% en los últimos tres años y que es «más significativa» en el caso de las mujeres. Existe un «efecto iceberg -dijeron- por el que no se declara o no se detecta más que un caso de cada seis ocurridos». 


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